Mérida.- Las “autodefensas” del limón, conformadas por campesinos de la región sur de Yucatán, vigilan ya las parcelas donde se cultivan y cosechan miles de plantíos del encarecido cítrico que, en la entidad, tiene mayor valor que un salario mínimo.
Armados con escopetas, machetes, coas, además de una voluntad férrea de que “no me robarán más”, los hombres del campo recorren parcelas día y noche para evitar que grupos de ladrones se apoderen de la producción de limón, cuyo precio por kilo en Yucatán se cotiza en 70 pesos. El salario mínimo en el estado es de 63.70 pesos diarios.
Hasta el momento, las “autodefensas” –como sus propios integrantes se hacen llamar- ya detuvieron, en los recientes 10 días, a unos ocho rateros del cítrico que aprovechaban las noches y las madrugadas para invadir las parcelas de los campesinos y saquear cajas enteras de limones.
Sólo en la región sur de Yucatán, en los municipios de Kinchil, Tetiz, Samahil, Oxkutzcab, Maní y Akil, entre otros, la caja o el costal del limón se cotiza entre 800 y mil pesos.
José Tec Poot, campesino citricultor de Kinchil, de unos 35 años de edad, vigila celosamente y con su escopeta “cazadora”, sus propios plantíos de limón, así como los de otros compañeros suyos. Los rondines son alternados: de día y de noche; con la luz del sol, la vigilancia es solitaria; con las sombras de la noche, los rondines son ejecutados en grupos de tres a cinco personas.
AGENCIA