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Argumenta morenista ‘guerra sucia’ en su contra

Superiberia

De la Redacción

El buen tono

CÓRDOBA.- Miguel Ángel García Alarcón, militante del partido Morena, se deslindó de Pedro García Alarcón, con quien se le vinculó en una información reciente, publicada por El Buen Tono.

En entrevista, rechazó su participación en un delito por el cual presuntamente fue condenado en Morelia, Michoacán y manifestó que sí bien, el número de expediente I-41/2012 existe, dentro de su círculo familiar no hay nadie con el referido nombre, con quien en la nota se le vincula.

Dejó en claro jamás haber sido procesado o condenado por delito alguno, asegurando que su conducta para con la sociedad siempre ha sido respetuosa y ha velado por los intereses de la nación y así como la del municipio de Córdoba desde el activismo social.

“Nuestra militancia siempre desde la izquierda es conocida y reconocida por nuestros compañeros y también por nuestros adversarios”, señaló, que son éstos últimos quienes en su afán de perjudicarlo debido a su desesperación e inconformidad por la invitación de la regidora electa, Isamar Balderas Flores, orquestaron dicho intento por desprestigiarlo.

Por su parte, en entrevista, Balderas Flores, expresó que García Alarcón está plenamente considerado para fungir dentro de su equipo de trabajo en la próxima administración como asesor, debido a su trayectoria.

“No omito mencionar que, en el pasado; un servidor, como muchas compañeras y compañeros fuimos víctimas de la represión por parte de los regímenes corruptos del Prian y que nos mantuvimos siempre con la frente en alto ante la adversidad. No somos nuevos, y mucho menos ingenuos, sabemos perfectamente de dónde provienen los ataques a mi persona y a nuestro movimiento”, aseveró el militante morenista. 

Se refirió a los autores de dicho ataque mediático, como personajes que se escudan cobardemente en el anonimato carentes de valor y calidad moral, “son seres camaleónicos que ondean banderas de la izquierda, pero que siguen buscando los privilegios del pasado, gente sin escrúpulos y de doble discurso que, si bien pudieron ser un referente de lucha, ahora sólo se han convertido en infames mercenarios de la política.

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