Argentina revivió en Lusail. De la mano de Lionel Messi, que no se quiere despedir temprano del que posiblemente sea su último Mundial, el astro albiceleste cargó con el equipo al hombro y anotó un golazo para un 2-0 sufrido pero donde se impuso el único equipo que buscó ganar.
México se metió en un grave problema: no sólo perdió el partido y quedó complicado rumbo a la fecha final de la fase de grupos, sino que volvió a quedarse en blanco, con la pólvora mojada, sin siquiera haber tenido opciones de gol en los últimos 180 minutos del Mundial.
Argentina coronó un partido que había empezado mal para ellos pero que con el paso del tiempo, luego de la lesión del capitán mexicano Andrés Guardado, y con el desgaste físico del equipo, que finalizó sin piernas ni cabeza, todo fue a mejor con los cambios de Lionel Scaloni, que hizo entrar a Enzo Fernández, uno de los mejores del partido y que anotó sobre el final un golazo para liquidar un partido decisivo para los sudamericanos: si perdían, quedaban eliminados contra todo pronóstico.