En una sesión marcada por intensos enfrentamientos verbales, la Cámara de Diputados de México aprobó una controvertida reforma a la Ley de Amparo, con la mayoría de Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista votando a favor, y una firme oposición de PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano. La reforma, propuesta por el senador de Morena, Ricardo Monreal, limita la capacidad de los jueces para otorgar amparos con efectos generales y anula su facultad de otorgar suspensiones en casos excepcionales.
Con 258 votos a favor y 213 en contra, el debate reveló profundas divisiones sobre los impactos potenciales de la reforma en la protección de los derechos humanos y la división de poderes en México. Legisladores de la oposición, como Francisco Javier Huacus del PRD y María Fernanda Félix Fregoso de Movimiento Ciudadano, denunciaron la medida como un paso hacia la tiranía y una amenaza a la capacidad de los ciudadanos para defenderse de actos arbitrarios de la autoridad.
Mientras tanto, defensores de la reforma como Adriana Bustamante Castellanos de Morena aseguraron que el cambio no busca limitar el efecto protector del juicio de amparo. Sin embargo, la oposición prepara ya acciones legales, anticipando que la Suprema Corte de Justicia de la Nación tendrá la última palabra sobre la constitucionalidad de la reforma.
Este acalorado debate refleja la tensión continua entre el ejecutivo y el judicial en México, poniendo de manifiesto el delicado equilibrio de poderes y la vital importancia de la protección legal en un momento políticamente cargado.