Santiago.- El Senado en Chile aprobó ayer una histórica reforma al sistema electoral, que desarticula un intrincado mecanismo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet, y que busca una mejor representación de los distintos sectores políticos con un aumento en el número de legisladores.
La maratónica discusión del proyecto, que se extendió por cerca de 21 horas, contó con los votos del oficialismo y de dos miembros de la oposición.
El actual sistema electoral llamado binominal gira en torno a dos grandes coaliciones. Se diseñado durante el régimen de Pinochet para asegurar el peso en el Congreso de los partidos conservadores ante un pacto de partidos de centro-izquierda que se agruparon para terminar con la dictadura.
Así, el sistema excluyó por décadas a las agrupaciones políticas que no forman parte de las dos principales coaliciones.
El proyecto, que no tendría dificultades para su aprobación en una Cámara de Diputados dominada por el
oficialismo, propone aumentar en 12 los escaños senatoriales y en 35 los diputados.
La iniciativa establece además que al menos un 40 por ciento de los candidatos deben ser mujeres.
La presidenta Michelle Bachelet dijo ayer que la aprobación por el Senado del fin del sistema electoral binominal heredado de la dictadura de Augusto Pinochet es un “avance enorme”, mientras la oposición de derecha opinó que será perjudicial para la democracia.
Además se aprobó una norma que permite que en las elecciones de diputados y senadores, al interior de cada pacto electoral, los partidos políticos puedan asociarse con candidatos independientes.
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