Por Andrés Timoteo / columnista
Buena nueva desde Viejo Continente y enseñanza para el resto del orbe. La Eurocámara avanza en la propuesta para prohibir, a partir del 2021, la venta de productos desechables de plásticos como son los popotes, las botellas para bebidas, los platos para comida y los bastoncillos de algodón. En octubre pasado ingresó la propuesta que fue aprobada por 571 diputados y solo 53 votaron en contra.
Así, en los 28 países de la Unión Europea los fabricantes y comerciantes tendrá impedido seguir ofreciendo esa mercancía y además deberán costear parte de los trabajos de recolección de los desechos. Los eurodiputados aprobaron asimismo que todos los países miembros reciclen el 90 por ciento de las botellas de plástico a partir del 2025 y que éstas sean separadas del resto de los desechos para ser recicladas.
Los Gobiernos municipales tendrán que educar a la población para la separación de botellas de plástico y que no vayan a parar ni a los tiraderos públicos. El avance de esta legislación ha sido calificado como “triunfo para los océanos” pues la polución de los mares que en un 80 por ciento son plásticos y las medidas pretenden reducir todos los desechos que van a parar a los cuerpos marinos.
Pero ¿mientras llega la Ley del 2021 que hay que hacer? Los legisladores dan el consejo: apostar a los pequeños, tanto los hábitos como los niños. Si vas al cine o a un restaurante de comida rápida evita los popotes y educa a los niños para que tomen del vaso sin necesidad de sorber de una pajilla.
En los supermercados lleva bolsas de tela para transportar la mercancía y no optes por productos empaquetados con recipientes de plástico. Todas las botellas, cajas o bolsas de plástico que no puedas evitar, no deben ir con el resto de la basura sino separarlas y llevarlas a los contenedores de reciclaje.
Evitar los bastoncillos de algodón y globos sostenidos con palos de plástico. En las fiestas familiares -especialmente las infantiles- restringir todo lo que sea plástico no reciclable, desde platos, vasos y globos hasta bolsitas para los dulces. Al terminar el festejo todos los productos deben ser llevarlos a centros de reciclaje, no tirarlos en el resto de basura orgánica. Si hay presupuesto suficiente, recurrir a productos biodegradables que ya los hay en el mercado, aunque al momento son más caros.
Y lo más importante, involucrar en todos esos hábitos a los otros pequeños, a los niños, pues ellos serán los que heredarán todo el ecosistema y de lo que hoy aprendan dependerá que sean los guardianes de la naturaleza. Los pequeños deben aprender esas medidas para no ensuciar la casa de todos: el planeta.