En las históricas pirámides de Guiza, donde la grandeza de la antigüedad atrae a millones de turistas, un inesperado protagonista ha robado la atención: Apollo, un perro callejero que ahora es conocido como “el cachorro de las pirámides”. Este intrépido can ha cautivado a locales y visitantes con su hazaña de escalar la Gran Pirámide de Kefrén, alcanzando una altura de 136 metros, todo bajo el implacable sol del desierto.
El ascenso que conquistó las redes sociales
La fama de Apollo comenzó cuando el parapentista estadounidense Alex Lang y su amigo Marshall Mosher compartieron un video en redes sociales que muestra al valiente perro en la cima del monumento, ladrando a las aves como si fuera el dueño del lugar. “Actuaba como un rey”, comentó Lang a la agencia AFP, describiendo la confianza de Apollo mientras dominaba el horizonte.
Una conexión espiritual con la historia
La hazaña de Apollo ha generado un inesperado vínculo entre el pasado y el presente. Arkadiusz Jurys, un turista polaco, calificó la escena como “inusual y fascinante”. Por su parte, Diego Vega, de Argentina, describió su experiencia como “una conexión casi espiritual, como si estos perros fueran guardianes de los faraones”.
Los guías turísticos han integrado a Apollo en sus relatos. Sobhi Fajri incluso lo compara con Anubis, el dios egipcio de la muerte. Esta popularidad también ha beneficiado al comercio local: Um Basma, vendedora de souvenirs, asegura que Apollo y su manada han atraído más clientes, describiéndolos como “una bendición”.
La vida de un líder nato
Apollo, un perro baladí de tres años, lidera una manada de ocho perros que sobreviven entre las antiguas piedras. Conocidos por su resistencia, estos animales enfrentan las duras condiciones del desierto con valentía. Según Ibrahim el-Bendary, cofundador de la American Cairo Animal Rescue Foundation, Apollo es el “macho alfa” y el más fuerte del grupo, nacido entre las grietas de las pirámides y superviviente de desafíos que pocos logran superar.
Un símbolo de esperanza para el futuro
La historia de Apollo ha impulsado acciones concretas para mejorar las condiciones de los animales en las pirámides. Gracias a la colaboración de organizaciones como la American Cairo Animal Rescue Foundation y el Ministerio de Turismo de Egipto, se están instalando estaciones de agua y comida, además de un centro veterinario permanente en la zona.
Para Vicki Michelle Brown, también cofundadora de la fundación, Apollo simboliza algo más grande: “Su historia puede marcar la diferencia, no solo para él, sino para todos los animales de Egipto”.