La agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP) ha interpuesto una demanda contra tres funcionarios del gobierno de Donald Trump tras la negativa de permitir el acceso de sus periodistas a la Casa Blanca. La controversia surge luego de que AP se negara a referirse al Golfo de México como “Golfo de América”, una designación impuesta por el mandatario en su segundo periodo presidencial.
Un conflicto de acceso y libertad de prensa
Durante diez días consecutivos, los reporteros de AP fueron excluidos de los eventos presidenciales, lo que el medio califica como una violación a la Constitución de Estados Unidos. En la demanda se señala a Susie Wiles, jefa de gabinete de la Casa Blanca; Taylor Budowich, su adjunto; y Karoline Leavitt, portavoz de Trump, como responsables de esta decisión.
Trump, por su parte, arremetió contra la agencia, calificándola como una “organización de izquierda radical” y justificando la exclusión de sus reporteros del Despacho Oval y del avión presidencial Air Force One.
El detonante del conflicto: El Golfo de América
El presidente Trump decretó que el Golfo de México debería ser llamado “Golfo de América” dentro de las fronteras de Estados Unidos. Sin embargo, AP se negó a adoptar este término en su cobertura periodística, lo que llevó al bloqueo de sus periodistas en la Casa Blanca.
“La Constitución no autoriza al gobierno a controlar el discurso”, enfatizó AP en su demanda. La medida también afectó la cobertura de la rueda de prensa entre Trump y el primer ministro de la India, Narendra Modi, donde un reportero de AP fue impedido de ingresar, según reportó AFP.
Reacciones y defensa de la libertad de prensa
Julie Pace, redactora de AP, calificó la medida como “una violación flagrante de la Primera Enmienda”, que protege la libertad de prensa en Estados Unidos. A su vez, la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca tachó la exclusión de AP como “escandalosa”.
AP, con 180 años de historia, es considerada un pilar del periodismo en EE.UU., suministrando noticias a medios de comunicación impresos, televisivos y radiofónicos en todo el país. En una nota editorial, la agencia explicó que el decreto de Trump sobre el cambio de nombre del Golfo de México solo tiene autoridad en EE.UU. y que otros organismos internacionales y países vecinos no lo reconocen. No obstante, la agencia ha declarado que continuará refiriéndose a él por su nombre original, al tiempo que reconoce la nueva denominación impuesta por el gobierno de Trump.
Este caso representa un nuevo episodio en la tensa relación entre Trump y los medios de comunicación, reavivando el debate sobre los límites del poder presidencial y el derecho a la libertad de prensa en Estados Unidos.
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