
La historia del papado está llena de momentos de grandeza espiritual, pero también de intensas disputas políticas y religiosas. En medio de estas tensiones surgió una figura polémica y fascinante: el antipapa. Aunque hoy parece cosa del pasado, hubo una época en que no uno, sino dos o más hombres afirmaban ser el verdadero Papa, con miles de fieles divididos entre ellos.
¿Qué es un antipapa?
Un antipapa es alguien que, en disputa con el pontífice legítimamente elegido, se proclama Papa sin ser reconocido oficialmente por la Iglesia católica. No siempre se trataba de herejes ni de enemigos de la fe; muchos de ellos creían ser los verdaderos sucesores de San Pedro, y tenían seguidores, obispos y hasta cardenales que apoyaban su causa.
¿Por qué surgieron?
Los antipapas no surgieron por capricho. Su aparición respondió a tres causas principales:
- Disputas doctrinales, como la de Novaciano en el siglo III, quien rechazaba perdonar a los cristianos que habían apostatado durante las persecuciones.
- Intervenciones políticas, cuando reyes o emperadores querían controlar al Vaticano y promovían a un papa afín a sus intereses.
- Elecciones dobles o fraudulentas, como ocurrió durante el Cisma de Occidente, cuando Europa quedó dividida entre dos y hasta tres papas al mismo tiempo.
¿Cuántos antipapas ha habido?
La Iglesia reconoce entre 30 y 40 antipapas en toda su historia. Entre los más destacados están:
- Hipólito de Roma, el primero, que en el siglo III se enfrentó a los papas Ceferino y Calixto I.
- Clemente VII y Benedicto XIII, figuras clave durante el cisma que fracturó la unidad de la cristiandad.
- Félix V, considerado el último antipapa oficial, elegido en 1439 y que abdicó en 1449.
¿Y en el siglo XXI?
Aunque la figura del antipapa oficial desapareció hace más de cinco siglos, algunos individuos en tiempos recientes han intentado proclamarse papas por su cuenta. Estos incluyen a:
- Lucian Pulvermacher (Pío XIII)
- David Bawden (Miguel I)
- Los líderes de la Iglesia Palmariana, un grupo escindido de la Iglesia católica.
Estas autoproclamaciones, sin embargo, no tienen respaldo dentro del Vaticano ni reconocimiento oficial, y son vistas más como expresiones de grupos marginales o cismáticos.
Un capítulo fascinante y poco conocido de la historia de la Iglesia
La existencia de los antipapas es un recordatorio de cómo el poder espiritual también ha sido escenario de luchas políticas y humanas. Y aunque el Vaticano ha reforzado sus mecanismos para evitar nuevas divisiones, la figura del antipapa sigue siendo un episodio clave para entender la historia de la Iglesia católica y su influencia en la civilización occidental.
