Atoyac.- Continúa el proceso legal que emprendió una anciana de 85 años, para obtener la propiedad de un terreno ubicado en la parte posterior del ingenio El Potrero, donde vivió más de seis décadas, pero que desde hace dos años pretende quitarle la hija de una de sus sobrinas, hoy fallecida.
El sábado, varias personas ingresaron al inmueble, por lo que los familiares que asisten a la octagenaria, se trasladaron al lugar, solicitando la intervención de la Policía municipal, que nada pudo hacer para detener a los presuntos responsables del allanamiento, toda vez que el predio se encuentra en proceso judicial.
La afectada es María Consuelo Hernández Ortega, quien tiene 85 años y desde hace más de 60 años ha vivido en los terrenos propiedad del ingenio El Potrero, en la parte denominada Rancho Sixto Arzola, propiedad que pretende adjudicarse la hija de una sobrina suya, identificada como Divina Gabriela Peña Hernández.
La afectada dio a conocer que su sobrina, Martina Hernández Domínguez, hoy finada y madre de Divina Gabriela, fue a quien le había heredado la mitad del terreno.
No obstante, al morir el esposo de María Consuelo, su sobrina Martina se apoderó de los documentos que amparaban la posesión del terreno.
María Consuelo, tras permanecer casi dos años en Córdoba, donde estuvo hospitalizada por un mal que la aquejaba, en agosto del 2013 regresó a su vivienda, donde se encontró con la sorpresa de que varias personas ya habían vendido su terreno y las casas que en él había. La anciana acusó que tal vez, por influencia de su sobrino, Reyes Hernández, (a) “El Gato”, la hija de Martina vendió la casa.
En un terreno baldío, encontró varias bolsas de plástico tiradas, con sus pertenencias, así como un montón de ropa que ella misma reconoció como suya, y parte de la cual ya había sido quemada.
Ahí también se encontraba la persona que supuestamente había comprado el terreno, el profesor Román Pérez Granados, quien fue encarado por la anciana, y del coraje ella se empezó a sentir mal, siendo auxiliada por vecinos, quienes lograron estabilizarla.
La senecta fue asistida por su sobrina Lorena Hernández Huerta, de 61 años, quien la tenía viviendo en Córdoba, luego de haber permanecido hospitalizada y tras haber sido sometida a cuando menos 10 cirugías, debido a una enfermedad de la vesícula biliar.
Al recibir un aviso de los vecinos, donde le informaban que su casa de Potrero Nuevo, municipio de Atoyac, estaba siendo desalojada, acudieron para verificar lo sucedido.
Después de comprobar los hechos, recurrieron al DIF municipal, donde solicitaron la intervención del Procurador de la Defensa del Menor, la Familia y el Indígena.
En ese entonces, también presentaron una denuncia ante la agencia del Ministerio Público Municipal de Atoyac contra quienes resultaran responsables por el presunto delito de despojo y daños.
Por si fuera poco, las afectadas también acudieron ante el secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana (STIASRM) de la Sección 23 del ingenio El Potrero, Modesto Trujillo Herrera, quien -al igual que varios vecinos- avaló que la octagenaria es legítima posesionaria del predio que ha ocupado durante más de seis décadas.
El dirigente manifestó que el padre de María Consuelo, Ernesto Martínez Romero, también trabajaba para ese mismo sindicato.
Al transcurso de los meses, la octogenaria, asistida por sus familiares promovió un juicio civil, para obtener la propiedad del bien, pero la parte que pretende adjudicárselo, es decir, la hija de la sobrina, no se presentó al Juzgado para presentar sus argumentos por los que pretende obtener la propiedad.
Además, este sábado, la anciana y las personas que la asisten, se enteraron de que de nueva cuenta el terreno estaba siendo ocupado, por lo que acudieron al lugar y llamaron a la Policía, pero esta corporación nada pudo hacer para detener a los señalados, debido a que el predio se encuentra sujeto a un proceso judicial.
De la Redacción
El Buen Tono
