El presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó rotundamente la idea de una “elección de Estado” en las elecciones de junio próximo, enfatizando que su administración no recurre a prácticas como la compra de votos ni utiliza el presupuesto para favorecer a partidos o candidatos.
Durante su conferencia matutina en Tabasco, López Obrador respondió a comentarios críticos, asegurando que su gobierno mantiene una autoridad moral y no participa en prácticas que socaven la integridad de las elecciones. Criticó a sus opositores, a quienes denominó “intelectuales del régimen”, señalando su silencio frente a fraudes electorales anteriores.
El presidente afirmó que los mexicanos pueden esperar elecciones limpias y libres en junio, cuando se renueven cargos cruciales como la Presidencia de la República y el Congreso. Enfatizó su compromiso con el proceso democrático y destacó la diferencia ética de su gobierno en comparación con sus adversarios.