Después de que se hiciera pública la noticia sobre la quema de libros de texto en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, descalificó esta acción y atribuyó el incidente a la desinformación entre la población.
El mandatario expresó que los padres de familia que participaron en la quema del material educativo “no deberían prestarse a ser manipulados”. Aunque respetó su derecho a manifestarse, enfatizó que “no tienen razón” para llevar a cabo esta acción.
López Obrador señaló que aquellos que creen que los libros de texto están destinados a adoctrinar y difundir el comunismo están mal informados y no deberían ser influenciados por líderes de grupos conservadores. Enfatizó que la libertad de expresión es un derecho fundamental, pero que la desinformación puede llevar a decisiones erróneas.
En respuesta a las críticas de expertos y opositores al gobierno sobre errores y deficiencias en la metodología de los libros, el presidente explicó que esto se debe al pensamiento “retrógrado” de quienes se oponen a la distribución de los libros.
Aprovechando el contexto, López Obrador también abordó la cuestión del nivel académico en México, argumentando que no elimina las divisiones clasistas y racistas, así como el desconocimiento de la historia y la riqueza cultural del país.
Para concluir el tema, el presidente López Obrador reafirmó que los libros de texto serán distribuidos en los estados donde no exista un amparo que restrinja este proceso. Además, anunció que se establecerán enlaces con los gobernadores para supervisar que los libros lleguen a las escuelas como parte de los esfuerzos continuos del gobierno para mejorar la educación en México.