Nueva York.- Cuatro actores en estado de gracia, Christian Bale, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence y Amy Adams, al servicio de una excesiva tragicomedia criminal ambientada en los años 70 convierten American Hustle, que fue presentada el lunes en Nueva York, en una de las cintas más esperadas del año.
A la batuta de esta lujosa pandilla de maleantes dominada por un éxtasis de brillantina y pelucón, David O. Russell se confirma como uno de los grandes directores de actores del último cine estadunidense.
Antier el director ceremonió una rueda de prensa en la que todos son susceptibles candidatos al Oscar, premio que él mismo puso en bandeja a Bale en The Fighter y a Lawrence en Silver Linings Playbook, dos películas que lograron a su vez tener a cuatro miembros de su reparto nominados.
Bale aseguró estar “siempre interesado en lo que David esté haciendo. Siempre el algo fascinante y, seguramente, algo memorable”. A eso aspira American Hustle, que se estrena el próximo fin de semana en Estados Unidos, justo a tiempo para calentar la temporada de los grandes premios y avalada ya con el reconocimiento del Círculo de Críticos de Nueva York.
Efectivamente, American Hustle vuelve a establecerse en la imprecisión de géneros, en el cruce de la intriga criminal con la comedia sofisticada.
“Más allá de esa estética colorista y brillante, lo interesante de este filme es quitar la máscara a los personajes para ver qué hay detrás. Rodar el filme era también una continua sorpresa por ver cómo los personajes salían adelante”, aseguró Bale, quien definió los años setenta como “un Halloween que duró una década”.
Según Adams, “aunque todo parezca muy excesivo, la vida real no siempre es algo tranquilo y asentado, sino que esta exageración de la película es un ejemplo de cómo puede ser a veces la realidad”. Una realidad, eso sí, condimentada por música de Duke Ellington, Donna Summer o Ella Fitzgerald y que ofrece la oportunidad a Adams de lucir un deslumbrante vestuario.
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