Por Andrés Timoteo / columnista
Tal como está constituido el sistema político mexicano, los partidos seguirán vigentes por largo tiempo en el espectro nacional aún cuando la mayoría no represente a la ciudadanía y aún más, ésta los rechace fehacientemente. En México, como en la mayoría de los países, predomina la llamada ‘partidocracia’ que restringe al elector el margen de maniobra para designar a sus representantes populares.
Esa mafia partidista ha hecho todo para eliminar otras alternativas sino por la vía jurídica o constitucional sí a través de desacreditar opciones como las candidaturas independientes de una manera fácil: ligándolos a ellos mismos o a sus personajes más corruptos. No hay que olvidar a quienes en las últimas elecciones de Veracruz se presentaron vistiendo la camiseta de “independientes”, pero que eran en realidad personeros del priismo y peor aún, ligados a la fidelidad o al duartismo.
Por eso casi nadie vota por un candidato independiente porque no lo son y, al contrario, fungen como alfiles de los caciques y ‘capos’ de esas mafias partidistas. Vilipendiada la figura de las opciones independientes, los partidos continúan siendo las rutas clásicas para llegar a cargos de poder y por eso siguen siendo rentables financieramente. Ese es el motivo por el cual hay propuestas para crear nuevos de ellos tanto a nivel nacional como estatal.
Ante el Instituto Nacional Electoral (INE) algunos personajes que han dañado profundamente al país, ya iniciaron trámites para hacerse de nuevos partidos que en realidad son negocios familiares. Son una especie de amebas del sistema partidista que mutan según los vientos electorales y se alimentan de recursos públicos.
Tres de esos parásitos del erario tienen una fama terrible y son verdaderos vividores del bolsillo de los mexicanos. Una es la exdirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, recién liberada de su prisión hospitalaria en la que estuvo durante cinco años, casi todo el sexenio de Enrique Peña Nieto y que regresa más voraz que antes.
Consentida del lopezobradorismo al que combatió sexenios atrás -nadie le puede restar el mérito de ser una sobreviviente de los regímenes priista y panista- Gordillo ahora tiene la venia para usar de nueva cuenta a los maestros para crear un nuevo partido que le reditúe millones de pesos en prerrogativas y posiciones de poder. Su nuevo negocio se llamará Partido Redes Sociales Progresistas (PARESOPRO).
Dicho nombre está ligado a la palabra “progresista” que López Obrador ha usado durante años para definir a los partidos y estructuras en los que se ha apoyado en su búsqueda de la Presidencia de la República y por ende se prevé que parte de su militancia salga de entre los simpatizantes del tabasqueño. Otros serán los maestros sentistas que antes los convirtieron en militantes del desaparecido Partido Nueva Alianza (Panal), el antiguo negocio de la maestra Gordillo.
De hecho, Gordillo Morales ya tiene una asociación política previa llamada “Maestros por México” que presume 50 mil afiliados, operada por su nieto René Fujiwara y su yerno, Fernando González y que se creó desde que ella estaba en la cárcel para allegarle votos a López Obrador en la elección de julio pasado. Ahora la exlideresa magisterial va a cobrar la factura de esa operación electoral consiguiendo su propio partido.
Uno de los veracruzanos que operará el PARESOPRO localmente es el huatusqueño Rafael Ochoa Guzmán, exsecretario general del SNTE, y lo hará junto con su hija, la exalcaldesa Zaira Ochoa Valdivia -ambos son diputados federales postulados por Morena- y su yerno, el exdiputado local Isaac González Contreras. Ellos, al igual que Elba Esther Gordillo son amebas sobrevivientes del sistema partidista, pues han saltado de un partido a otro -Panal, PRI, PVEM, Movimiento Ciudadano, Morena- y ahora van por el nuevo partido gordillista.
Los otros personajes que también quieren su negocio partidista propio es el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, quien todavía milita en Acción Nacional, y su esposa Margarita Zavala fallida excandidata “independiente” a la Presidencia de la República, quienes ante el INE buscan registrar al Partido México Libre el cual se nutrirá con exmilitantes panistas, según el cálculo.
Ese matrimonio es de un recuerdo infausto para los mexicanos porque representan el ‘baño de sangre’ que hoy vive el País. Calderón con su “guerra contra el narco” desató el infierno en México que no se ha podido cerrar y lleva ya casi 200 mil muertos, 40 mil desaparecidos y tres millones de desplazados. Su esposa, Zavala, siempre silenciosa a su lado, nunca con más ideas propias que las de secundar a su marido genocida. ¿Quién militará en su México Libre? Los que son sus semejantes, sin duda.
Así, mientras algunos partidos ya se extinguieron en las elecciones pasadas como el Panal y Encuentro Social -que buscan sobrevivir en los estados-, y otros están en vías de hacerlo como el PRD y el PVEM, surgen nuevos proyectos porque son negocios redituables, ya se dijo, y vías para alcanzar retazos de poder a la sombra de los partidos mayoritarios, uno de ellos Morena, gobernante y clon del viejo priismo.
En Veracruz al menos hay tres solicitudes ante el Organismo Público Local Electoral (OPLE) para nuevos partidos. Dos de ellos son proyectos y extensiones del priismo -y peor: de la fidelidad- “Podemos” que operan los fidelistas Francisco Garrido y Gonzalo Morgado, el famoso “Capitán Chanclas”, “Vía Veracruzana” propiedad del exprocurador duartista Amadeo Flores Espinosa y el desconocido “Fénix”, que como su nombre lo alude, es el “AVE” que buscará renacer de sus cenizas, es decir, se trata de un proyecto alterno de la fidelidad para ‘huachicolear’ el erario estatal.
Antes del 31 de enero cuando concluya el período de solicitudes en el OPLE se espera que haya más peticiones para nuevos partidos políticos. Se ha hablado de que Alianza Generacional, del diputado federal y excandidato a la gubernatura, Héctor Yunes Landa, Panal y PES que buscarán el registro como partidos locales, Antorcha Campesina siempre ligada al priismo y hasta del Movimiento de los 400 Pueblos. Todos ellos son amebas come-erario que tienen infectado al sistema partidista.
