Efraín Hernández
El Buen Tono
Amatlán.- La inseguridad y corrupción caracterizan la administración del alcalde Luis Arturo Figueroa Vargas, quien ahora busca que su esposa, Daniela Alfaro Canseco, lo suceda en el cargo para encubrir las irregularidades de su gobierno.
El presidente del Centro de Investigación, Difusión e Implementación sobre Asociaciones Civiles (Cidiac), Manuel Molina Gómez, manifestó lo anterior, y criticó la falta de resultados en materia de seguridad.
Acusó la serie de cobros indebidos que realiza personal de Comercio y que afecta a los expendedores.
Destacó que la omisión, que también es corrupción, del gobierno local quedó en evidencia la noche del miércoles pasado en Peñuela, donde una vendedora de hot dogs fue ejecutada, y se registró una persecución en la zona de La Toma.
En ninguno de los casos la Policía Municipal intervino, ya que sigue desarmada y sin la preparación adecuada para actuar.
“El alcalde no toma en serio la seguridad del municipio. Amatlán es un foco rojo de violencia, y los gendarmes carecen de equipo y de estrategia para contrarrestar los delitos, lo que es sinónimo de una administración negligente”, declaró.
Además de la crisis de seguridad, el ayuntamiento enfrenta señalamientos por cobros indebidos e, irregularidades que, según Molina Gómez, Figueroa Vargas busca ocultar impulsando a su esposa como candidata en la próxima elección municipal.
“En el tema de los cobros excesivos de Comercio, la síndica única debe tomar cartas en el asunto. Hay irregularidades que competen al edil, pero también a su esposa, quien tiene pretensiones políticas claras. Es evidente que busca seguir en el poder para tapar las anomalías de esta gestión”, afirmó.
Mientras tanto, manifestó que la violencia sigue en aumento, y los ciudadanos esperan respuestas, aunque la prioridad del alcalde es la sucesión de su esposa, más que la seguridad del municipio.
