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Amarga Navidad en patios de vecindad

Superiberia

EMILIO GONZÁLEZ
EL BUEN TONO

Orizaba.- Familias que viven en patios de vecindad expresan que pasarán una amarga Navidad, pero unidos a sus seres queridos. La noche del 24 de diciembre, cuando todo es felicidad, los inquilinos cenarán frijoles, tortillas, refresco, picante, y una pieza de pollo rostizado.
Sobreviven de 500 vecindades solo 15 patios, que hace tiempo le dieron una fisonomía de provincia a Orizaba, Pueblo Mágico.
El plano urbano de la ciudad hasta las últimas décadas del Siglo XX, lo dividía el pueblo en varias secciones llamadas barrios, que tenían pintorescos nombres, impuestos por los vecinos.
Un patio consistía en un gran espacio central circundado por una cadena de cuartos que hacían las veces de dormitorio, cocina, comedor y sala, para una familia hasta de ocho o 10 integrantes. Por el cuarto de madera con techo de teja los inquilinos pagaban al propietario del patio, “rentas congeladas” de 12 o 14 pesos al mes.
En el centro se ubicaban los lavaderos con su tanque de agua y los sanitarios, comunitarios, para hombres y mujeres, que consistían en tres o cuatro estrechas casetas colocadas en fila y que contenían el retrete protegido de las miradas, por endebles puertas de madera o lámina.
Junto a los fregaderos se alzaban los tendederos de cuerdas de ixtle, con sus garrochas y, en la parte central, existía una gran acumulación de piedras de canto rodado donde se tendía al sol y al sereno la ropa lavada y las sábanas, confeccionadas con bolsas de manta de harina o azúcar.

UNIDAD Y FAMILIA
Aun con el paso del tiempo se conservan valores y cualidades como la amistad sincera, compañerismo y solidaridad en la ayuda mutua, alegría de vivir, el amor a la patria y a la religión; amor que aflora los días 16 de septiembre y 12 de diciembre, con todo el patio adornado con moños de papel china, música y baile, no pueden faltar las peregrinaciones al santuario guadalupano, llevando canastos de flores con el nombre del patio.
Cuando el INFONAVIT llegó a Orizaba, entre 1982 y 1994, después del terremoto de 1973, construyó en la zona norte “palomares”, llamadas unidades habitacionales.

CENA MUY AUSTERA
Las familias de los pocos patios que sobreviven, coinciden que tendrán una cena austera con lo poco que logren reunir hasta el 24 de diciembre, cuando renace la felicidad.

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