De la Redacción
El Buen Tono
TLILAPAN.- Un posible amotinamiento se pretende en la Policía Municipal de Tlilapan debido a los constantes abusos, acoso, hostigamiento, despidos injustificados que cometen dos elementos, bajo la complacencia del comandante.
Los preventivos aseguran que se llevaron una desagradable sorpresa con la designación de Hildelberto Puertos Ramos, pues se aseguró que sería distinto su trato hacia la tropa, pero salió peor que su antecesor Pedro Oliveros Gil.
Molestos, preventivos denuncian que el comandante, quien tomó el cargo a finales de enero, ha dado muchas canonjías a dos de sus más cercanas colaboradoras, al grado de tener una relación estrecha con una de ellas. Se trata de la policía Fátima Rodríguez y Selene Vázquez, ambas habían trabajado en la Comandancia de La Perla y Mariano Escobedo, respectivamente, y en ambos casos fueron dadas de bajas por conducta inapropiada, al grado de que existen oficios girados al director del Centro Estatal de Información, Luis Alberto Sánchez Camarillo, donde se expone que se da de baja a las mujeres policías por “generar pérdida de la confianza”.
Y esos malos elementos se fueron a refugiar a Tlilapan y ahora, lo que hicieron en esos municipios lo han replicado en este, donde el resto de la tropa sufre hostigamiento, acoso, amenazas de despido, sin que el alcalde Jaime López y la síndica Jovita Cortés Guzmán hagan algo, por lo que permiten esas actitudes.
Se conoció que esas dos policías, protegidas del comandante, chocaron una de las patrullas por ir en estado de ebriedad; otra más, fue desbielada y se encuentra en el taller. Una de esas preventivas, lleva a su menor hijo a dormir a la comandancia y es testigo de situaciones bochornosas y hasta casos de tortura a los presos.
Los afectados pidieron la intervención de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Xalapa porque saben que el delegado étnico en Zongolica no atiende sus quejas ni demandas, al grado de que es corrupto ante este tipo de situaciones, como ocurrió con el caso del tesorero, donde jamás se le suspendió del cargo por agredir con un machete a un parroquiano.