CDMX.- Desde finales de los 60’s las drogas alucinógenas han sido relacionadas con todo tipo de problemas mentales. Sin embargo, los datos obtenidos de estudios poblacionales a gran escala han desbancado esta idea y una amplia evidencia respalda la visión de que, administrados en un ambiente controlado, algunas de ellas son seguras. Además, en los últimos años ha resurgido el interés en el potencial terapéutico de estas sustancias y, a día de hoy, drogas ilegales como los hongos alucinógenos o el LSD inspiran posibles tratamientos para la ansiedad, la adicción o la depresión severa.
Una de las drogas psicodélicas más estudiada a mediados del Siglo XX fue el LSD, descubierta accidentalmente por un químico de un laboratorio farmacéutico internacional, Albert Hofmann, a principios de los años 40. Durante más de dos décadas, muchos científicos estudiaron esta nueva sustancia y la utilizaron para tratar problemas de adicción, de depresión o incluso de estrés postraumático.
Entre los estudios más recientes y avanzados, analizados por Liechti, destacan dos ensayos en fase dos sobre el uso de psilocibina para tratar la ansiedad en pacientes con algún tipo de cáncer con mal pronóstico y en los que 80 por ciento de los pacientes experimentaron una clara mejoría.
Los alucinógenos también están ofreciendo resultados prometedores para el tratamiento de ciertos tipos de adicción.
En la década de los 50’s se popularizó este tipo de tratamiento para las personas que sufrían una adicción al alcohol. Sin embargo, los estudios realizados entonces carecían de la metodología, misma que se exige hoy en día a una investigación científica.