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Alma mater

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El jueves y viernes de la semana que concluyó tuvo lugar una movilización que debió suceder hace mucho tiempo: la comunidad universitaria salió a las calles para defender a la Universidad Veracruzana (UV). El jueves fueron los catedráticos adheridos a la Federación de Sindicatos y Asociaciones de Personal Académico (Fesapauv) y el viernes lo hicieron maestros también, así como estudiantes, trabajadores administrativos y egresados solidarios con la casa de estudios. No se debe dejar pasar por alto dicha movilización pues el trasfondo es que está en riesgo el derecho de la juventud veracruzana a una educación superior.

Si bien en Veracruz hay instituciones privadas que ofrecen una formación de calidad, la UV sigue siendo el principal referente de la vida profesional del estado. La mayor parte de los profesionistas en la entidad están ligados a la UV y frente a una situación de crisis económica, que es endémica en el país, dicha institución es para miles de jóvenes la única opción para lograr una preparación académica que les permita la movilidad social. Es decir, una vía para poder elevar el nivel de vida.

 El viernes pasado fue la movilización más numerosa en Xalapa, la capital del estado, así como en otras ciudades del estado, donde miles de voces se unieron juntos para exigir que a la UV ni se le retengan los presupuestos ni se le pretenda ahorcar financieramente con reformas amañadas como la modificación a la Ley General del Instituto de Pensiones del Estado (IPE) que pretende anular la responsabilidad del gobierno estatal para subsidiar el pago de pensiones a trabajadores jubilados de la propia universidad.

Particularmente se exigió devolver los más de 2 mil millones de pesos que la Secretaría de Finanzas han retenido ilegalmente. Un día antes, los académicos universitarios protestaron también en Xalapa y lo hicieron con una forma ingeniosa -por algo son la parte pensante y creativa de la casa de estudios-: entonando “Va, penseiro” (Vuela, pensamiento) de la obra Nabuco – el lamento de los esclavos hebreos cuando su nación fue conquistada por el rey Nabucodonosor II-, frente a palacio de gobierno para denunciar los abusos contra la institución.

Los esclavos hebreos sometidos por el monarca babilónico, según la magnífica pieza de Giuseppe Verdi -escucharla en la Opera Garnier de Paris es un verdadero privilegio- lloran en coro las añoranzas de su tierra próspera que fue sometida por el tirano. “¡Oh, mi patria, tan bella y pérdida!”. Una metáfora bien empleada por los cultos catedráticos y artistas de la UV para llorar también por la asolada casa de estudios, blanco de una embestida de corte financiero que arriesga el andamiaje educativo en la entidad.

Ya se dijo, al no recibir los más de 2 mil millones de pesos que se le adeudan y obligarla a hacerse cargo del pago de pensiones a sus jubilados, la UV tendrá que optar por medidas emergentes para garantizar su viabilidad financiera y una de ellas es, invariablemente, elevar las cuotas a los alumnos hasta en un 300 por ciento o más, lo que será un golpe mortal para la economía de los hogares, y además cancelaría el futuro de millones de jóvenes veracruzanos.

Un día antes de la marcha del viernes -el jueves por la tarde- el gobernante en turno, Javier Duarte de Ochoa, anunció la presentación de una iniciativa ante el congreso local para darle autonomía a la UV y así, según el proyecto, garantizarle un 3 por ciento del presupuesto global del estado en cada año fiscal. Empero, los analistas universitarios han rechazado la misma pues afirman que la UV requiere por lo menos el 5 por ciento del presupuesto global pues los tres puntos porcentuales contemplados en dicha propuesta apenas alcanzan para cubrir el recorte monetario de 250 millones de pesos que se aplicó este año a la institución.

Aquí es importante destacar la valiosa labor de los mismos investigadores de la universidad en la defensa de su alma mater, entre ellos el economista, Hilario Barcelata que ha sacado la casta por el alma mater y ha puesto en ridículo a los chafas funcionarios duartistas. Barcelata no solo ha documentado el robo presupuestal a la Universidad Veracruzana sino también el saqueo financiero al tesoro estatal, aportando luz para conocer el monto de la deuda pública, las transacciones oscuras y otras tropelías cometidas contra el bolsillo de los veracruzanos.  En el tema de la propuesta de ley para darle autonomía financiera a la UV, la propia rectora Sara Ladrón de Guevara emitió un comunicado en el cual se anuncia que analizarán la misma, pero eso no significa que dejarán de exigir el pago de los recursos retenidos durante este sexenio.

Por otro lado, es imperante destacar una cosa muy precisa: también es necesario una reflexión sobre los parásitos que tiene la comunidad universitaria, mismos que han sido cómplices del robo presupuestal a la misma, así como del saqueo al Instituto de Pensiones del Estado (IPE). Uno de ellos es Enrique Levet Gorozpe, sempiterno líder de la Fesapauv, y quien estuvo al tanto de todos los hurtos desde hace años sin alzar la voz porque le llenaban las manos de dinero mal habido y prebendas.

Levet Gorozpe conoce los pormenores financieros de la UV y mucho más los del IPE pues es parte del Consejo de Administración. Él, junto con los otros líderes charros como Acela Servin del Sindicato de Trabajadores al Servicio de la Educación (SETSE), Ricardo Diz Herlindo del Sindicato Unificador de Trabajadores al Servicio del Estado y del Magisterio (Sutsem) y Manuel Arellano de la sección 56 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) avalaron todas las trapacerías para saquear al instituto.

Vaya, ellos fueron los que en el 2010 le otorgaron un “préstamo” al innombrable ex gobernador por mil 500 millones de pesos que nunca fue devuelto. Por eso es repulsivo ver a Levet Gorozpe vestido de abonero, pidiendo la devolución del dinero que se robaron con su anuencia. Tampoco hay que olvidar que Levet fue legislador local por la vía plurinominal, postulado por el PRI y él mismo se autodefinía como “el diputado de Fidel” en alusión al innombrable y más tarde fue uno de los aplaudidores más rabiosos de Duarte de Ochoa. Entonces, no solo los funcionarios del gobierno estatal deben dar cuentas de sus pillerías sino también líderes charros como Levet Gorozpe.

De colofón, las movilizaciones en defensa de la UV también tendrán su repercusión electoral. Sin duda, los 90 mil integrantes de la casa de estudios que están en pie de lucha también están dispuestos a emitir un voto de castigo contra la administración estatal emanada del PRI. Así, si no se recompone la situación y se entregan los recursos financieros a la UV, quien pagará los ‘platos rotos’ es el candidato del tricolor a la gubernatura, Héctor Yunes Landa. Es algo inherente el costo político-electoral por robarse el dinero de la casa universitaria.

LOS DESAPARECIDOS

Las movilizaciones se prolongaron durante el fin de semana pues el sábado en varias partes de la entidad salieron a las calles los familiares de personas desaparecidas para exigir, una vez más, que sean atendidos sus casos, que se les brinde información sobre las investigaciones, que se busque a sus seres queridos, que se les retorne y claro, que se castigue a quienes los desaparecieron de manera forzada, sean integrantes del crimen organizado o sean elementos policiacos municipales o estatales.

¿Cuántas personas han desaparecido en ese ‘hoyo negro’ en que se convirtió Veracruz? En el período 2010-2014 se tenía una cifra de 584 personas según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública pero ese número se habría elevado a más de 700 personas en el 2015. Las organizaciones civiles señalan que hay un sub-registro en la documentación de casos y entonces, la cantidad podría incluso rebasar las mil personas. Es decir que en Veracruz habría desparecido una persona cada dos días durante los últimos cinco años, un dato para horrorizar a cualquiera.

Lo más grave es que el 70 por ciento de esas desapariciones forzadas no fue cometido por la delincuencia organizada sino por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del estado o de las fuerzas armadas federales, de acuerdo al pronunciamiento emitido el mismo sábado por los colectivos y organizaciones de familiares de desaparecidos. El caso más representativo, aunque no el más numeroso, por su exposición mediática es el de los 5 jóvenes originarios de Playa Vicente que el pasado 11 de enero fueron víctimas de desaparición forzada por elementos de la policía estatal.

La súplica de los padres de familia o parientes que buscan a sus seres queridos  no ha sido escuchada por las autoridades y las mismas organizaciones denunciaron que se convirtieron en “una burla” para los funcionarios que prácticamente están cruzados de brazos ante la tragedia. Ante tal desidia, anunciaron que en este mes de marzo comenzarán por cuenta propia a buscar en varios sitios donde se tienen informes sobre la existencia de fosas clandestinas para tratar de localizar a sus seres queridos ante la indiferencia oficial. Una medida desesperada que muestra el grado de desamparo en que están.

Ellos, los familiares de personas desaparecidas, afirman que su movilización no es política, y es cierto, aunque tampoco es una situación ajena a la vida pública de Veracruz, y la atención a sus casos depende de la voluntad política de quienes ostentan el poder. De esta forma, no se puede desligar la crisis humanitaria por la ola de violencia y la política. Por supuesto que los interesados en convertirse en gobernadores deben atender el clamor de este sector poblacional, comprometerse a buscar a los ausentes y a castigar a sus verdugos. No se puede entender de otra manera. Candidato que no haga un compromiso por los desaparecidos, no se merece el voto de los ciudadanos.

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