AGENCIA
Jojutla, Morelos.- Durante la tercera diligencia de exhumación en las fosas clandestinas de Jojutla, se han encontrado más de 100 fragmentos óseos, una botella y restos posiblemente humanos, hallados debajo de un supuesto memorial. Estos descubrimientos fueron informados por los integrantes del Colectivo de Desaparecidos Tetelcingo y Jojutla, quienes mantienen serias preocupaciones sobre la confiabilidad del proceso y la falta de avances en la identificación de las víctimas.
Las fosas se ubican dentro del panteón municipal “Pedro Amaro”, en donde, según se ha señalado, la Fiscalía de Morelos utilizó el lugar para inhumar cuerpos de personas no identificadas o no reclamadas por sus familiares. A pesar de que la exhumación fue ordenada judicialmente, las intervenciones realizadas desde su inicio en 2017 y especialmente el reinicio de los trabajos el pasado 6 de noviembre, han sido cuestionadas por su falta de transparencia y el incumplimiento del Protocolo de Exhumación.
Los colectivos de búsqueda han expresado su preocupación, pues, aunque la presencia de la Guardia Nacional en el sitio ha sido destacada, aún no se han tomado muestras genéticas en el campo de exhumación, lo que complica la identificación de los restos. Además, la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas (CNBPD) aún no ha decidido qué laboratorio se encargará de realizar los perfiles genéticos, lo que retrasa el proceso de justicia para las víctimas.
A pesar de que los restos encontrados están siendo embalados con la cadena de custodia correspondiente, la falta de personal especializado, como antropólogos forenses, y la inclusión de personas no capacitadas, como abogados y contadores, en el equipo de exhumación ha puesto en duda la integridad del proceso. Los colectivos han denunciado que, debido a la ausencia de estos especialistas, existe el riesgo de contaminación en la identificación de los restos.
Uno de los hallazgos más relevantes fue una parte de un cráneo localizada debajo de una tumba, ya dañada por el paso del tiempo. Sin embargo, lo que más ha generado alarma es el hallazgo de una botella con un número de carpeta anotado en su interior y restos humanos encontrados debajo de un supuesto memorial, lo cual ha sido documentado por la Comisión de Derechos Humanos. Este hecho ha generado más dudas sobre posibles irregularidades en la gestión de la Fiscalía en el caso.
Amalia Hernández, tía de Oliver Wenceslao, un joven secuestrado y asesinado cuya desaparición permitió el hallazgo de las fosas, destacó que el proceso de exhumación ha sido centralizado, lo que ha dificultado la transparencia y la visibilidad de los avances. “Lo único que tenemos es un listado de lo que está saliendo en las excavaciones, y este listado se ha generado gracias a la presión”, indicó Hernández.
Los colectivos de víctimas han insistido en la necesidad de una supervisión más estricta por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y de organizaciones nacionales e internacionales para asegurar que el proceso sea adecuado y justo. Además, hicieron un llamado urgente a la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia, para que intervenga directamente en el caso y garantice la transparencia y la correcta identificación de los restos.
El caso de Jojutla, que involucra a víctimas de diversas entidades, también podría tener implicaciones internacionales, ya que se ha identificado a una persona de otro país entre los restos hallados. Esta situación subraya la necesidad de cooperación internacional en la búsqueda de justicia y la importancia de un proceso de identificación eficiente y libre de manipulaciones.
Los colectivos de búsqueda continúan luchando por una exhumación transparente y un proceso de identificación que finalmente brinde justicia a las víctimas y sus familias.