Las miles de toneladas de sargazo recolectadas en los últimos meses en Puerto Morelos, en el estado mexicano de Quintana Roo, han sido ilegalmente desechadas en zonas selváticas y en ríos, poniendo en peligro el ecosistema.
Según alertaron especialistas a Efe, las cerca de 40 toneladas de sargazo acopiadas cada día en este destino turístico son llevadas a tiraderos clandestinos, lo cual constituye un delito medioambiental y viola las normativas federales.
Cuando la macroalga se apila en determinado lugar, los lixiviados que se producen derivados del proceso de descomposición se filtran al subsuelo, tal como lo han documentado investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).