Agencias
México.- Miles de albañiles, carpinteros, jardineros y soldadores que buscan empleo temporal en Estados Unidos y Canadá se han convertido en el nuevo botín de los cárteles de la droga, que han diversificado sus actividades ilícitas para explotar este sector vulnerable. Aprovechándose de la falta de inspección y las lagunas legales en programas como el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales México-Canadá (PTAT), los cárteles extorsionan a los migrantes con cuotas ilegales y promesas de trabajos inexistentes. Según denuncias de sindicatos y activistas, los delincuentes cobran entre 7,000 y 25,000 pesos por reclutamiento, transporte y falsas entrevistas laborales.
Entre 2015 y 2020, la organización estadounidense Polaris identificó más de 10,000 potenciales víctimas de trata laboral relacionadas con México en Estados Unidos, mientras que el Sindicato de Alimentos y Comercio de Canadá (UFCW) reportó redes de trabajo sexual y explotación laboral. Los criminales no solo estafan a los trabajadores, sino que también utilizan las rutas y procesos de contratación para mover a personas y drogas, infiltrando así la economía gris. Pablo Godoy, director de Asuntos Internacionales del UFCW, señala que la falta de registro público y la escasa inspección permiten que los cárteles operen con impunidad.
El Centro de los Derechos del Migrante (CDM) ha documentado estos abusos y advierte sobre la presencia de grupos armados que controlan las rutas de migrantes. La situación se ha vuelto tan grave que, en algunos casos, los cárteles gestionan las visas y las listas de espera. El abogado José Jiménez, desde Monterrey, relató un caso donde empresas contrataban falsos campesinos, sospechando la intervención del Cártel Jalisco Nueva Generación. Sin inspecciones rigurosas y con intermediarios en la contratación, los cárteles dominan este mercado, explotando a miles de migrantes y generando enormes ganancias.
