Agencia
Italia.- El norte de Italia vive una grave crisis climática luego del impacto de la tormenta Ciarán, que ha dejado severas inundaciones, especialmente en Venecia. Las intensas lluvias y fuertes vientos activaron el sistema MOSE (Módulo Experimental Electromecánico), la principal barrera de protección contra las crecidas de agua en la ciudad, que buscó contener el aumento en el nivel del agua. Sin embargo, la saturación de las redes de drenaje y el desbordamiento del río Po han complicado la situación, generando daños significativos en las infraestructuras locales y restringiendo la movilidad en las áreas más afectadas.
En respuesta, las autoridades italianas han emitido alertas rojas en varias regiones, instando a los ciudadanos a permanecer en sus hogares y evitar desplazamientos innecesarios. Equipos de emergencia han sido desplegados para asistir a la población y evaluar los daños estructurales. Este fenómeno se suma a un año de episodios climáticos extremos en Italia, resaltando la vulnerabilidad de las ciudades históricas frente al cambio climático.
Venecia enfrenta, además, un desafío constante con las crecientes mareas y la erosión que amenaza su territorio. Expertos subrayan la urgencia de reforzar y modernizar las defensas contra inundaciones para mitigar los efectos de tormentas, cada vez más frecuentes y devastadoras. Este nuevo episodio ha reabierto el debate sobre la eficacia del sistema MOSE y la necesidad de una planificación urbana más integral que permita afrontar los desafíos climáticos que se intensifican con el calentamiento global.