
El Buen Tono
De la redacción
En Rafael Delgado se fragua una maniobra grotesca de impunidad: la presidenta municipal, Alejandra Enríquez Ortiz, pretende dejar a su esposo, Anselmo Pérez García, como candidato del Partido del Trabajo (PT), para que, en caso de resultar ganador en las próximas elecciones, le cubra las espaldas cuando deje el cargo.
El escándalo ya está sobre la mesa: en un proceso interno manchado por el dedazo y las decisiones cupulares, la candidatura fue retirada a quien se rumoraba sería el elegido, todo para abrir paso y permitir que el esposo de la alcaldesa tome el control del Ayuntamiento y oculte los rastros del desvío de recursos y el desastre que deja su administración.
