De la Redacción
EL BUEN TONO
Orizaba.- La espada de la justicia pende sobre la cabeza del alcalde de Coetzala, Alejandro García Hernández, y de su hermano Eduardo, quienes estarían implicados en el probable feminicidio de una comerciante.
Se pudo conocer que en el caso del Alcalde podría haber incurrido también en los delitos de desaparición forzada porque aparentemente tuvo conocimiento del hecho criminal, además de que habría brindado a su consanguíneo los medios económicos y materiales para huir de la justicia antes de que la Policía Ministerial pudiera presentarlo a declarar, lo que lleva también a la complicidad y encubrimiento.
La información proporcionada por la Fiscalía Regional de Orizaba, indica que Eduardo García Hernández, hermano del Alcalde, tenía una relación conyugal con Claudia García Seoane, quien desapareció sospechosamente desde el domingo pasado en Orizaba, después de haber estado departiendo con su pareja y de sostener una fuerte discusión al calor de las copas. La noche del domingo, la mujer dejó de tener comunicación con su familia y ya no volvió a saberse de ella.
Reza el refrán popular que “justificación no pedida, culpabilidad aceptada” y el lunes, el hermano del Alcalde contactó a la familia de su cónyuge para autojustificarse que él la dejó bebiendo sola en un bar, pedir que se revisen las cámaras del bar, del que por cierto cambió varias veces el nombre y al final asegura no recordar la razón social del antro, asimismo dice tener miedo de que haya represalias en su contra, aunque no explica represalias de qué ni por qué o de quién y se cura en salud diciendo que él no le hizo nada a Claudia y que aunque él es el principal sospechoso, no agredió a la mujer.
Llama la atención de los investigadores que el sujeto indiciado asegura que dejó a la mujer bebiendo sola, aunque curiosamente él mismo le devolvió a la familia el bolso con cosméticos y otros productos que ella comerciaba, supuestamente porque la vio en estado inconveniente y para que no le robaran la mercancía; es decir, le preocupó y le ocupó la mercancía, pero no la seguridad y la vida de su pareja, a la que dejó a su suerte ya fuera de sus cabales por los efectos del alcohol. Que rara forma de pensar.