De la redacción
EL BUEN TONO
Amatlán.- El arte de culpar y cerrarse ante la crítica es algo que sabe ejercer Luis Arturo Figueroa Vargas quien lejos de buscar soluciones y proyectos manda a sus empleados a denostar a quienes critican su administración.
La inseguridad y problemas que enfrentan con el desabasto de agua y recolección de basura, lejos de buscar soluciones, el morenista Figueroa Vargas manda a sus empleados para que a través de perfiles falsos coarten la libertad de expresión y busquen en el pasado a los culpables.
Usuarios reales de redes sociales señalan y denuncian la incapacidad política que acompaña al primer gobierno de Morena, comparándolo con otros municipios en donde los presidentes municipales no dan una.
Tomados de la mano el gobierno de Amatlán y Córdoba, buscan dar pan y circo al pueblo con ferias que lejos de provocar una derrama económica en sus municipios, solo son organizadas al vapor y sin la seguridad necesaria a los visitantes.
Los problemas le crecen a Figueroa Vargas, mientras su arrogancia y soberbia lo ciega para no ver por qué fue designado por su pueblo con la esperanza de que llegara la transformación, aunque tal vez su operadora política y esposa, Daniela Alfaro, sea quien le esté poniendo el pie para que ella sea quien realmente gobierne.