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Nogales.- Mientras varios países europeos decidieron protegerse e imponer restricciones ante el temor de contagios de la variante Omicron, el alcalde de Nogales, Guillermo Mejía Peralta, lleva a cabo el evento la Laguna iluminada, a la que ingresaron cientos de personas sin respetar la sana distancia.
Activistas manifestaron lo anterior e indicaron que el sábado, día de la apertura, ingresaron menores, adultos mayores, embarazadas y jóvenes, “resultó imposible controlar a todos, hubo quienes se quitaron el cubrebocas, nadie se mantuvo alejado uno de otro el metro y medio que recomiendan las autoridades de Salud, pero el edil estuvo feliz, a pesar de exponer a la población, es una irresponsabilidad”.
Subrayaron que a pesar del rechazo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las naciones continuarán con sus medidas de prevención, “pero en Nogales ocurre todo lo contrario, lo malo es que los habitantes tampoco logran dimensionar el riesgo que corren al asistir a este tipo de eventos masivos que los ponen en peligro”.
Esperan, destacaron que no pase nada, debido a que el lugar permanecerá abierto lo que resta del año y la primera semana de enero.
Declararon que para Mejía Peralta la pandemia ya pasó y que por la vacunación no hay riesgo, “se nota que el funcionario no lee ni está al tanto de lo que sucede fuera de su círculo, el Coronavirus sigue y la inyección únicamente ayuda para evitar ir al hospital o morir, pero las personas se pueden contagiar y enfermar”.
Dijeron que de manera irresponsable, la autoridad también organizó un baile popular.