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México, D.F.- Los potentes motores del Air Force One rompieron el silencio del cielo mexicano cuando su imponente figura en azul y blanco surcó la ciudad de México, y fue trazando su llegada hacia el Aeropuerto Internacional “Benito Juárez”, donde tocó pista a las 14:15 horas local.

Tras unos minutos de espera, un ágil y sonriente Barack Obama, descendió de la aeronave que lo trajo desde Washington, D. C. al Distrito Federal.

El mandatario estadounidense descendió, y con gesto amable extendió la mano al titular de la SRE, José Antonio Meade. Al frente de la comitiva de recepción, en representación del presidente Enrique Peña Nieto, Meade presentó a otros funcionarios al mandatario estadounidense.

La llegada del Air Force One fue distintiva. Ninguna aeronave más tomó cielo capitalino. Por motivos de seguridad, el AICM suspendió actividades en el espacio aéreo. De las 13:45 a las 14:15 horas no hubo despegues ni aterrizajes.

El presidente Barack Obama abandonó la terminal aérea -fuertemente resguardado- en su vehículo terrestre denominado “La Bestia” y se dirigió hacia Palacio Nacional. Para resguardar la visita presidencial estadunidense, en la Plaza de la Constitución fueron colocadas vallas metálicas y calles aledañas fueron cerradas, al igual que los accesos a la estación Zócalo del Metro.

En Palacio Nacional, el presidente mexicano recibió a su homólogo estadunidense y le presentó a algunos de los integrantes de su gabinete.

El salón de recepciones de Palacio Nacional fue el espacio donde ambos mandatarios intercambiaron sus primeras impresiones del día y posaron sonrientes para la foto oficial. Luego iniciaron la primera actividad bilateral.

Agencias

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