La concentración denominada “No me cuidan, me violan”, que tuvo como propósito exigir justicia por los casos de presunto abuso cometidos por policías, derivó en agresiones hacia hombres y daños a los sistemas de transporte público, dejando un saldo de 17 personas heridas, 14 de ellas policías y dos reporteros.
Con el argumento de ser un movimiento “separatista”, desde su concentración, las manifestantes limitaron la participación de las personas del género masculino salvo a los extremos o al final del contingente, lo que generó que las mujeres más radicales gritaran, aventaran diamantina a sus rostros y en algunos casos agredieran físicamente a los varones.