Córdoba.- El maltrato animal y las irregularidades en el manejo de los recursos económicos por parte de miembros de Huellitas, quedaron al descubierto no sólo con las declaraciones de la ex empleada sino también con la versión de ex colaboradores y vecinos del lugar.
A pesar que desde hace más de dos años han sido expuestas las anomalías y las condiciones insalubres e inhumanas en las que viven los animales que llegan a este supuesto “albergue”, es hasta ahora cuando las autoridades municipales voltean a ver y deciden intervenir.
Protectores de animales de Córdoba y ex colaboradores del albergue, a través de las redes sociales dieron fe de los hechos que expuso Flor Sánchez, ex empleada de este lugar.
En un texto escrito por la usuario de Facebook, Berenice Vicenttin Daya Leela, quien dice haber colaborado en el albergue hace dos años, expuso que sucedieron “hechos muy, muy tristes como una french que ya al parecer estaba fuera de peligro y al llegar un domingo la encontré con los intestinos de fuera y el médico del albergue no me quiso ayudar; a las 7 de la mañana Hector Espinoza y su esposa fueron a ayudarme para volver a coserla y no había ya remedio….”
“O cuando el sharpei que Emmanuel quería salvar fue muerto a manos del médico en turno, Mario Miranda, sólo porque no quiso darlo en adopción (…) En fin que no terminaría en un gran rato de contar cómo se mataban los perros adentro para deleite del médico y empleadas, cómo vendían las vacunas y cómo dejaban morir a los enfermos, dejándolos a su suerte, diciendo:
‘este mañana ya no amanece’” (sic).
Otra usuario de Facebook, de nombre Liliana Rodríguez, quién comentó la publicación, confirmó todos los hechos expuestos, pues dijo que fue voluntaria por varios años en eventos y “Perretones” y desde los veterinarios en turno como los dirigentes son personas negligentes, apáticas y conflictivas, mencionó.
Flor Sánchez, que colaboró por más de dos años, fue testigo de cómo Guillermo Andrade, presidente del patronato, así como Dulce María Llanera Illescas lucraban con los apoyos en especie y económicos obtenidos en los eventos; además de que ella misma sufrió los gritos, maltratos y humillaciones de Llanera Illescas.
Vecinos en las inmediaciones del albergue ubicado en la calle 6 y avenida 36, junto a la entrada de la ex hacienda San Francisco Toxpan, confirmaron el maltrato de que era objeto doña “Flora”, la ahora ex empleada, pues aun cuando llegaba antes de las 08:00 horas para limpiar y dar de comer a los perros y gatos, Llanera Illescas se la pasaba gritándole e incluso se escuchaba hasta la calle.
Cementerio
Con las declaraciones en las que se afirma que se les deja morir a los animales, también fue dado a conocer el “cementerio” que opera en el área verde, en la parte trasera del albergue. En una foto divulgada en las redes sociales se puede apreciar la osamenta de un perro.
condiciones
En un recorrido por el lugar, se pudo apreciar en el área destinada a los gatos que viven hacinados, además de que los perros enfermos conviven con canes sanos. Se habla de que de 09:00 a las 14:00 horas, permanecen afuera de las perreras y el resto del día son confinados a la oscuridad, conviviendo con ratas y los restos de comida, excremento, además de que se la pasan todo el día a la intemperie.