Orizaba.- Las solicitudes de anulación del vínculo matrimonial por la Iglesia aumentaron, reconoció el obispo, Marcelino Hernández Rodríguez.
Por ello existe la necesidad de trabajar con los grupos pastorales para ayudar a las familias a vivir su matrimonio en amor a Cristo, indicó.
Lamentó que ocurran este tipo de situaciones en las familias porque deben estar siempre unidas, bien conformadas para que puedan brindar los mejores valores a los niños y darles la oportunidad de que en el futuro sean adultos productivos y buenos ciudadanos, pero “por desgracia, la disolución de parejas, de familias, es una realidad”.
Aseguró que en todos lados existen matrimonios en espera de su declaración de nulidad, aunque se trata de un proceso muy largo.
“Lo que se alega es que no se tuvo la capacidad de elegir a la pareja que se quería, es decir que se casan con la persona que no querían o que no sabían que era así, de determinada forma, y todo eso se tiene que probar”, explicó.
Manifestó que existen casos de noviazgos de corta duración y quizá por ello no alcanzaron a conocerse bien; hay otros en que tuvieron varios años de relación y pasa lo mismo, entonces es una situación difícil.
“Cuando un matrimonio falla, no se puede declarar nulo, es decir sí se querían, sí se amaban, pero luego terminaron, se perdieron valores, entraron otras cosas y entonces buscan separarse”, expresó.
Omar Celiseo V.
El Buen Tono