Orizaba.- De rateros, extorsionadores y muertos de hambre, fueron tratados ayer los elementos de la Policía Federal junto con el agente del Ministerio Público, de la Procuraduría General de la República (PGR), al realizar campesinos de Zongolica un plantón para exigir la devolución de 35 mil pesos que cobraron para liberar a un compañero.
Fueron cerca de 500 campesinos de la Coordinadora Nacional de Artesanos y Comerciantes, “Zepanta Titlatozque AC”, de la sierra de Zongolica, quienes con un carro de sonido y camionetas, bloquearon por espacio de tres horas la calle de Sur 23, donde se encuentran las oficinas de la PGR.
Además de la avenida de Oriente 6, en protesta por la detención de un integrante de esta asociación, ya que cuando trasladaba a su esposa la semana pasada en una camioneta porque la llevaba a un hospital para aliviarse de su bebé, lo detuvieron al encontrarle una escopeta hechiza.
Para lograr su libertad, el agente del Ministerio Público de la Federación, Mauricio Flores, le exigió la cantidad de 35 mil pesos, pero al pagar jamás le dio algún recibo ni menos le demostró fuera para alguna fianza, lo que consideran un abuso de este funcionario quien se ha dedicado a cometer estos actos de corrupción.
Durante este bloqueo, los campesinos señalaron a los policías federales de cometer robos durante las madrugadas en distintos municipios de la sierra de Zongolica, al llevarse sus animales como borregos, gallinas y hasta marranos, los cuales según se los entregan a agente del MP para que coma bien.
Debido al malestar que había entre los labriegos, quienes se mostraron agresivos al golpear a dos policías federales cuando iniciaron su plantón, las oficinas fueron cerradas por el personal de la PGR para evitar ingresaran a la dependencia y cometieran algún daño o igual fueran golpeados.
Y es que exigían se acaben los actos de corrupción de esta dependencia, al cobrar grandes cantidades de dinero, como los fajos de billetes que según recibe por cada detenido el agente del MP, Mauricio Flores, quien jamás dio la cara y lo señalaron de cobarde, al negarse a dialogar con ellos para rendir cuentas de los 35 mil pesos entregados por la familia de su compañero.
Incluso algunos de los campesinos gritaron consignas en contra de los compañeros reporteros, argumentando que no se decía la verdad de sus movimientos y señalaron a los medios de comunicación estar “vendidos con el gobierno”, cuando únicamente se cubría la información de su movimiento.
Tras un diálogo que sostuvieron los dirigentes de estos campesinos con representantes del enlace de Gobernación en la región, acordaron retirar el plantón, movimiento el cual afectó a la circulación de los camiones de pasaje y provocó un serio caos vial porque cerraron con sus camionetas los cuatro carriles de la avenida principal de Orizaba.
Oscar JimÈnez Carrasco
El Buen Tono