Lo dicho: la sola presentación de las iniciativas de reforma en materia hacendaria y fiscal por un lado, y la energética por el otro, acabó torpedeando el original concepto del Pacto por México, de naturaleza trilateral, para dar paso a un par de acuerdos, pactos de carácter bilateral y con objetivo específico entre el gobierno y el PRI, con la oposición: uno con el PRD para sacar adelante la primera, y otro, de mayor calado e importancia, sin duda con el PAN, para garantizar la aprobación de la segunda.
En las últimas horas, desde el mediodía del domingo, para ser más específicos, tanto el perredismo de Jesús Zambrano como el panismo de Gustavo Madero, a través de sus dirigencias o de sus respectivas coordinaciones a nivel Congreso, evidenciaron su decisión de continuar jugando el rol de compañeros de viaje del Gobierno federal en lo que al impulso de los cambios citados refiere, pero no ya de manera indiscriminada, como lo han venido haciendo desde el pasado 2 de diciembre.
Los primeros sí, entonces, insistamos, en apoyo a la hacendaria y fiscal, “pero matizada”, y, los segundos, sólo con la relativa al sector energético, “debidamente enriquecida, obvio, con algunas de nuestras propuestas”.
Esto, que bien pudiera parecer o ser interpretado como un afortunado atino estratégico y/o resultado de la adecuada operación política de los priistas de César Camacho, no resulta serlo tanto cuando recordamos que, desde un primer momento, la controversial iniciativa referente a impuestos y acumulación de capitales fue calificada, por empresarios particularmente, como un ataque al capital privado y “un guiño a la izquierda…”, o como una embestida contra la clase media por parte del blanquiazul, en tanto que la que pretende regular todo lo referente a energía fue, y sigue siendo hoy repudiada duramente por los principales personajes de la izquierda, al tiempo que acumula elogios y aplausos de tricolores.
Hoy, pues, inconcluso aún el proceso de debate y eventual aprobación de las más controversiales y sin duda importantes iniciativas incluidas en el marco del Pacto por parte del Legislativo, es dable decir que éste se encuentra muerto… o desahuciado al menos, como resultado del agotamiento del modelo que, amén de garantizar un terso inicio de la actual gestión sexenal, abonó al logro del más sonado éxito (político) alcanzado hasta hoy por el presidente Enrique Peña Nieto y su gobierno.
Habrá que ver qué sigue…
Asteriscos
* Duro golpe, sin duda, el propinado ayer a la ex diputada y líder de Casa sobre la Roca —asociación religiosa disfrazada de AC—, Rosi Orozco, desde la principal oficina del bunker azul de Coyoacán: cuando se daba por hecho que su propuesta de incluir a una de sus afines al consejo del naciente ProVíctima, los senadores panistas, a la voz de firmes, voltearon en otra dirección. ¡Se llevan fuerte…!