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Agridulce

Superiberia

>> No cabe duda que estamos viviendo un mundo enfermo, gente que atenta desde el anonimato

Apenas el domingo festejábamos con enorme alegría el desarrollo de la 13ª Carrera Imagen Kellogg’s en la Ciudad de México, después de haber obtenido cinco mil 500 victorias de los participantes, y al medio día de ayer nos enterábamos de las muy tristes noticias provocadas por los atentados en el Maratón de Boston.

No cabe duda que estamos viviendo un mundo enfermo, gente que atenta cobarde y desde el anonimato, matando e hiriendo a personas inocentes que presenciaban el gran evento de maratón en la ciudad bostoniana.

Todos nos cuestionamos qué pueden tener en la mente esas personas que sin tener un asomo de sentimientos son capaces de cometer tales actos, de matar, herir, sembrar el pánico sin el menor sentimiento humano. Yo honestamente no lo puedo concebir.

Se atentó contra un evento histórico, se atentó, una vez más contra el deporte, se atentó una vez más contra el hombre mismo.

Estoy convencido que esa gente nunca estuvo cerca del deporte, esa gran medicina social que integra a los seres humanos, además de educarlos, para evitar una escalada de violencia mundial como la que vivimos en este tiempo.

Les comentaba que apenas el domingo pasado festejábamos al deporte con la Carrera Imagen Kellogg’s. Sin afán de autoelogio, resulta fantástico el inenarrable sentimiento de ver miles de corredores en Paseo de la Reforma y el Bosque de Chapultepec, haciendo un esfuerzo por cruzar la meta, ante la gigantesca energía que ahí se vive y vibra. Difícilmente puedo concebir cómo alguien puede pensar en exactamente lo contrario, en actos absurdos e inconcebibles.

Ahora más que nunca, y más aún ante los lamentables sucesos vividos el día de ayer, se debe voltear al deporte para tratar de generar seres humanos con valores, con capacidad de ser buenas personas y amar al prójimo.

Ahora me vienen a la mente los cientos de aficionados, familiares y ciudadanos de a pie que se dedicaron el pasado domingo a alentar a los corredores, dándose a los demás con absoluta entrega.

Solidaridad, fraternidad, e insisto, amor por el prójimo son valores que contrastan y se contraponen con asuntos deleznables como los de Boston.

Hago votos por que las autoridades educativas de nuestro país inviertan y apoyen como nunca antes se ha hecho al deporte masivo, al deporte recreativo así como a la activación.

Todos los niveles de gobierno, la iniciativa privada, los medios de comunicación debemos abanderar una gran cruzada nacional en la búsqueda de una sociedad sana.

 

Nunca es tarde.

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