Maltrata.- Más de 200 personas se congregaron en el parque ancestral Los Teteles para dar gracias y pedir perdón a la Madre Tierra con el ritual prehispánico del Xochitlallis, ceremonia tradicional del primer viernes de marzo que por primera vez se realizó en este municipio.
Con una ofrenda de flores, comida y bebidas típicas de la localidad, que colocaron apuntando a los cuatro puntos cardinales, el Xochitlaca, que es el oficiante, pidió una buena cosecha y agua suficiente para los terrenos agrícolas, porque son el alimento que ofrece a sus hijos que la habitan.
“Madre, ven a nosotros porque tú nos das la fuerza para estar en esta tierra y tus frutos nos alimentan, sacian nuestra hambre y nuestra sed, te pedimos perdón por el daño que te hacemos y te ofrecemos tus mismos frutos para que nos llenes de abundancia durante el año”, fue parte de la oración que elevó el encargado del ritual.
El evento cultural del Xochitlallis o fiesta de las cuevas inició con un recorrido de los participantes que vistieron ropas blancas y adornos de flores, partieron del Palacio Municipal a Los Teteles, en donde se rindió culto a Nana Tonatzin. Minutos después, en un escenario al aire libre los asistentes disfrutaron de las danzas a Maltrata Los Huehues y la tradicional de El Guajolote.
El alcalde, Gustavo Rosas Huerta, destacó que el Xochitlallis se realizó en el lugar conocido como Los Teteles, que significan “montículos de tierra”, porque es una zona ancestral que tiene historia, ya que ahí los antepasados realizaban el juego de pelota, además de que alberga piezas de cerámica y de piedra que hicieron los ancestros.
Contexto
El Xochitlallis es una ceremonia agrícola que conlleva un proceso ritual, integrado por una velación y después por la deposición de la ofrenda; en las dos partes, el Xochitlaca sigue un orden preciso, pronuncia rezos y se vale de objetos que sirven para bendecir la semilla y comunicarse con los númenes.
Durante la velación es importante regar aguardiente abundante sobre el piso para atraer el agua y sobre todo es fundamental prender la “ofrenda de velas” para el maíz y otras cosechas.
En el terreno donde se va a sembrar, el oficiante se dirige al centro del sitio y delimita un espacio en donde depositará la ofrenda y pronunciará los rezos que esperan lleguen a donde deben y retornen en bienestar.