Cruz Azul ha implementado un modelo novedoso para la venta de boletos de cara al partido de vuelta de los Cuartos de Final, que disputarán contra Atlas o Xolos de Tijuana en el Estadio Ciudad de los Deportes. Inspirados en la estrategia utilizada en festivales de música, el costo de las entradas irá aumentando conforme se acerque el día del encuentro, lo que ha generado reacciones divididas entre los aficionados celestes.
El sistema de fases y sus precios
La venta de boletos se realizará en tres fases, cada una con precios más altos:
- Fase 1: El boleto más económico cuesta 650 pesos y el más caro, 1,100 pesos.
- Fase 2: Los precios suben a 750 pesos para el más barato y 1,200 pesos para el más costoso.
- Fase 3: La última etapa tendrá precios de 820 pesos en la entrada más económica y 1,270 pesos en la más cara.
Además, los aficionados que adquieran sus boletos a través de plataformas en línea deberán pagar un cargo extra por el servicio de la empresa encargada de la distribución, lo que incrementará aún más el costo.
Inconformidad entre los aficionados
El nuevo modelo no ha sido bien recibido por gran parte de los seguidores celestes, quienes consideran que los precios son excesivos y el sistema de fases más propio de conciertos que de eventos deportivos.
Alberto Jiménez, un aficionado de La Máquina, expresó su molestia:
“Para ser unos Cuartos de Final y en el Estadio Azul, es demasiado. Me acuerdo que en la final contra Monterrey en 2009, los boletos generales no costaban más de 500 pesos.”
Por otro lado, René Tolsá opinó:
“Este sistema puede incrementar la reventa y encarecer aún más las entradas para los aficionados. No me parece adecuado para el fútbol.”
¿Un modelo para quedarse?
Cruz Azul ha dejado abierta la posibilidad de mantener este sistema de venta en fases para los siguientes encuentros de semifinales y una posible gran final. Mientras tanto, la polémica está servida, con opiniones divididas entre quienes entienden la medida como una estrategia comercial y aquellos que la ven como una desventaja para la afición.
La expectativa crece no solo por el rendimiento del equipo en la cancha, sino también por las decisiones fuera de ella. ¿Podrá La Máquina convencer a su afición dentro y fuera del estadio?