Es una realidad que las deducciones fiscales se limitaron a 98 mil pesos a partir de este año, con la aprobación de la Reforma Fiscal. ¿Eso quiere decir que ya no es conveniente ahorrar?
Hay un par de vertientes, una de ellas y la más esperanzadora es que al interior del Congreso se aprueben modificaciones fiscales que sigan incentivando y premiando el ahorro en México, en todas sus modalidades.
La otra es buscar alternativas con las modificaciones actuales.
En el primer caso, les podemos comentar que la propuesta que se gestionará en este periodo de sesiones es que se incentive el ahorro voluntario vía un programa donde el gobierno federal, al mando de Enrique Peña Nieto, aporte entre diez y 20% de las aportaciones voluntarias de un trabajador.
Además, se busca aplicar esquemas como en otros países de América Latina, en los que el ahorro se premia en todas sus modalidades, llámese seguro, ahorro vía Afore o ahorro vía otro esquema como los fondos de inversión que tengan instrumentos gubernamentales.
En fin, la realidad es que mecanismos que ayuden a construir una educación del ahorro para el retiro es por demás urgente, ya que se considera que menos de 40% de los trabajadores ahorra, y éstos lo hacen por poco tiempo.
Ahora bien, con las actuales modificaciones, por lo que respecta a la deducción de las aportaciones voluntarias sí son deducibles, pero se deberá de cuidar la parte de la deducción por el monto a deducir.
Además de que servicios como gastos médicos, dentales, hospitalarios, intereses hipotecarios, aportaciones a las cuentas de planes de retiro, donativos, gastos funerarios son parte del monto límite a deducir, cuando tan sólo un rubro de éstos puede ser superado de frente a los gastos que tiene que realizar una familia.
De ahí que la gran desventaja es que si los gastos se exceden no podrán ser deducibles, y vaya que situaciones como la propia salud no sabe de estratos sociales.
O bien, qué decir de la retención de 20% del ISR que marca la ley al ahorro de largo plazo, mismo que se retiene cuando llegue la jubilación.
Aquí el punto es necesario hacer un análisis de dichos gastos, y qué aportación se pretende hacer en una cuenta bajo el esquema de Afore.
Ahora bien, existen otros planes de ahorro de largo plazo que tienen el mismo efecto de jubilación, los cuales si no son utilizados como deducción fiscal al momento de cumplir 65 años, a éstos no se les retendrá 20% del ISR, que marca la ley, aunque son planes de ahorro de por lo menos 20 años.
La realidad es que el mundo del ahorro en México es pequeño, y ello se convierte en una bomba de tiempo ya que esquemas como la salud universal son prácticamente imposibles, pero también ante la amplitud de vida que se tiene entre la población, los esquemas de apoyo a las personas de la tercera edad se vuelven insuficientes en el mediano plazo, a fin de cuentas la economía informal sigue avanzando, los jóvenes ven lejos incursionar a un esquema de ahorro y los actuales instrumentos pocos atractivos van teniendo. Pese a que el gran aliciente debería ser el ahorrar para cuando se deje de trabajar.