AGENCIA
CDMX.- La revista holandesa “Amsterdammer” publicó el pasado miércoles 27 de septiembre acusaciones de abuso por parte de varios hombres que habrían sido víctimas en los años 90 del exobispo y Premio Nobel de la Paz en 1996, Carlos Filipe Ximenes Belo, de Timor Oriental.
Ximenes Belo presentó su renuncia como obispo en 2002 cuando tenía 54 años, alegando entonces motivos de salud, pero la publicación holandesa asegura que el Vaticano conocía las acusaciones y que también eran conocidas en el país asiático por la comunidad católica.
Belo fue ordenado sacerdote en 1980, tras estudiar en Roma y Portugal, regresó a Timor Oriental en 1981 para trabajar como profesor. En 1983, el Papa Juan Pablo II le nombró administrador apostólico de la diócesis de Dili, que era entonces la única de Timor Oriental.
Fue nombrado obispo en 1989, y siguió siendo administrador apostólico de Dili; además fue un crítico feroz de la opresión Indonesia en Timor Oriental, y denunció públicamente la masacre de más de 200 manifestantes independentistas en un cementerio de Dili en 1991.
En una carta de 1989 sacada de forma clandestina del país, Belo denunció la ocupación militar indonesia y suplicó la intervención del Papa, del secretario general de la ONU y del presidente de Portugal, que había gobernado Timor Oriental como colonia hasta la independencia en 1974.
Tras su inesperada renuncia, Ximenes Belo se trasladó brevemente a Portugal, después fue enviado como misionero en Mozambique durante varios años, y luego regresó de nuevo a Portugal, donde vive actualmente.
Según la publicación holandesa, el Vaticano le prohibió regresar a su país de origen. Ximenes no asistió al consistorio celebrado este agosto en Roma, en el que su sucesor como arzobispo de Dili, el arzobispo Virgílio do Carmo da Silva, fue nombrado cardenal.