Orizaba.- Una grave red de corrupción se sospecha al interior de la Dirección General de Tecnológicos, donde despacha Manuel Quintero Quintero; se conoció que hasta 30 mil pesos mensuales otorgan jefes de departamento y directivos tanto del Centro Regional de Optimización y Desarrollo de Equipo (Crode) de esta ciudad, como del Instituto Tecnológico de Orizaba (ITO), sin que ninguna autoridad investigue, aún sabiendo que Rogelio García Camacho, director del ITO, conoce la situación, a la fecha no ha presentado denuncia formal, además, de manera extraoficial se habló de acoso sexual a cuatro trabajadoras.
Integrantes de la pasada administración sindical, ventilaron el asunto y señalaron que desde que Enrique Martínez estuvo al frente, se hicieron llamados a través de oficios, dirigidos a la Secretaría de Educación Federal y la Dirección de Tecnológicos, señalando la corrupción.
El caso se supo desde 2014, cuando en un intento por destituir del cargo a la subdirectora del Crode, Laura Martínez, ella señaló que era intocable, pues entregaba 30 mil pesos mensuales a un alto funcionario de la Dirección General de Tecnológicos, entendiéndose que era el actual director general Manuel Quintero, denunciaron exsindicalistas.
Apuntaron que esta situación no sólo se da en el Crode, también hay casos a nivel Dirección y jefaturas de departamentos en el ITO, donde las supuestas cuotas van desde 15 mil hasta 30 mil pesos, de las que el Director tiene conocimiento y no ha levantado la denuncia de hechos.
Dijeron que desde 2014 se hizo la denuncia en dos ocasiones ante la Dirección General de Tecnológicos y la SEP, las cuales fueron contestadas con otro oficio donde indicaban que se aplicaría el Reglamento, pero nunca se cumplió, porque a la fecha Rogelio García sigue como director, con cinco años en el cargo, a pesar de que según los estatutos debe estar sólo tres años.
Señalaron a Rogelio García como la persona que solicitó favores sexuales a cuatro empleadas, pero por temor a represalias sólo una lo denunció.
Tras los hechos, el directivo trató de vengarse, pero ante la denuncia promovieron el cambio de plaza de la mujer, obligándola a irse a otro lugar.
