Guerrero.- En las calles de la colonia Hogar Moderno de Acapulco, los residentes se han unido en una lucha constante por mantener la seguridad de sus hogares ante la amenaza de saqueos. La colonia se ha convertido en una fortaleza improvisada desde que el huracán “Otis” dejara un rastro de devastación. Barricadas hechas de láminas de aluminio, ramas, tambores, piedras y otros escombros se erigen en cada calle, creando un perímetro de protección.
La vida en esta colonia ha cambiado drásticamente en la última semana. La paz se ha perdido, y los residentes, desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche, buscan alimentos y agua mientras vigilan sus propiedades. La falta de energía eléctrica desde la madrugada del miércoles pasado ha sumido a la colonia en la oscuridad total al caer la noche. En respuesta, grupos de jóvenes se reúnen en las esquinas, armados con palos, tubos, machetes y piedras. Encienden fogatas para iluminar la oscuridad, y su objetivo principal es mantener vigiladas las calles para evitar robos en sus casas y saqueos de combustible de sus vehículos.
Las barricadas han cerrado las calles de Río Bravo, Río Colorado, Río Lerma, Río Atoyac y Río Grande, bloqueando cualquier entrada o salida. La seguridad es rigurosa, incluso entre los propios residentes, quienes se esfuerzan por mantener el orden.
La vigilancia en la colonia comenzó cuando un vecino sorprendió a un hombre intentando robar gasolina de su camioneta. Desde entonces, se han reportado varios incidentes de intentos de robo en las casas dañadas por el huracán.
La colonia Hogar Moderno es un reflejo de muchas otras colonias de Acapulco, todas lidiando con la devastación causada por el paso del huracán “Otis”. Además de la destrucción generalizada, los residentes enfrentan la escasez de suministros básicos. Algunos vecinos han optado por abandonar sus hogares y buscar refugio en otras ciudades o estados.
A pesar de que gran parte de la noche ha transcurrido en relativa calma, los residentes permanecen alerta. En algunos momentos, se escuchan disparos a lo lejos, lo que provoca una rápida respuesta por parte de los grupos de vigilancia. La seguridad es una preocupación constante, ya que la falta de vigilancia ha llevado al aumento de robos en las casas y la desconfianza en la llegada de ayuda externa.
Los vecinos de Acapulco han asumido la responsabilidad de proteger sus escasos recursos y asegurarse de que su comunidad esté a salvo en medio de la adversidad.