CDMX.- El desánimo. Del aire se ha colgado un corazón deforme que el Presidente Enrique Peña Nieto ha hecho con las manos. Acaba de dar el sexto Grito de Independencia de su Historia y por última vez, le ha pedido vivas al Zócalo capitalino que este año aún tenía espacio a la hora de su aparición, las 11 de la noche.
Todo ha acabado. Ni siquiera hubo abucheos o rechiflas o protestas, signos de los otros Gritos peñanietistas. Los mexicanos que acudieron a la convocatoria de la Fiesta Patria, le han dado la espalda al Palacio Nacional y toman sus caminos. Un ejército de mujeres de limpia de la empresa Jopran ha empezado a barrer. Ahí, donde apenas hace una hora Emanuel y Mijares animaron con sus canciones de los 80, se ha apagado la luz.