AGENCIA
Internacional.- Las visas TN, una clasificación de no inmigrante diseñada para permitir la entrada temporal de profesionistas mexicanos y canadienses a Estados Unidos (EU), se han convertido en una herramienta tanto de oportunidad como de abuso laboral. Un ejemplo es el caso de Adriana Barberena, una médica veterinaria mexicana que, al ser contratada bajo el título de “animal science”, terminó arreando y ordeñando vacas en Texas.
Barberena y otros profesionistas han denunciado que fueron engañados por empresas que ofrecían trabajos calificados, pero al llegar a EU fueron obligados a realizar tareas físicas extenuantes. Activistas y expertos en migración señalan que este tipo de abuso laboral está en aumento, y muchos coinciden en que el tema deberá abordarse en la próxima revisión del T-MEC en 2026, cuando se espera que los presidentes de México y EU negocien nuevas condiciones.
Desde la pandemia, el Centro para los Derechos del Migrante (CDM) ha presentado tres demandas colectivas que involucran a 12 profesionistas mexicanos, dos de las cuales siguen en tribunales. Las demandas acusan a empresas, como Hyundai y Kia, de fraude y violaciones salariales, ya que los trabajadores mexicanos con visas TN recibieron pagos mucho menores que sus colegas estadounidenses.
A pesar de que la visa TN fue creada para atraer talento en 63 profesiones, desde contadores hasta ingenieros, la falta de supervisión ha permitido que muchas empresas exploten a los trabajadores.
Analistas del Instituto Baker de la Universidad de Rice sugieren que la solución podría venir en la actualización del T-MEC, modernizando las regulaciones y ampliando las profesiones elegibles bajo esta visa para evitar más abusos.
