Mariano Escobedo.- Por el delito de abuso erótico sexual fue denunciado el profesor, Rubén Salazar Ríos, quien desde el pasado martes dejó de asistir a la escuela Luis N. Sherwell, en donde cometió el abuso en contra de una menor de apenas nueve años de edad y que cursa el cuarto grado en la institución.
La denuncia fue interpuesta en la Agencia Especializada en contra de Delitos Sexuales y contra la Familia, bajo el número de averiguación 077/2013, pero el personal del lugar se negó a proporcionarle la copia del expediente de la querella en contra del maestro abusador que laboraba en la escuela mencionada ubicada en la unidad habitacional Palmira.
Lourdes Adriana, es la madre de la pequeña de nueve años quien le dijo a su madre que su profesor le tocaba sus partes íntimas desde el pasado 29 de enero, pero fue hasta el día lunes 4 de febrero cuando la menor le dijo a su mamá que era víctima del abuso por parte de su maestro, quien tiene apenas un año de haberse integrado a la escuela, proveniente de la ciudad de Córdoba.
Al enterarse de esto, la madre se presentó a la primaria Luis N. Sherwell el día martes 5 de febrero en donde le pidió a la directora del plantel, Guadalupe Torres Vela que le llamara al profesor Rubén porque la mujer le reclamaría lo que le hizo a su hija, quien desde entonces se niega a regresar a tomar sus clases si el mentor sigue laborando ahí.
La mujer detalla en su denuncia, que al tener de frente al profesor lo primero que hizo fue abofetearlo y empezarle a reclamar el abuso cometido en contra de su menor hija a quien le causó un grave daño psicológico.
Finalmente la mujer en su denuncia pide que se ejerza la justicia en contra del profesor Rubén Salazar Ríos y sea retirado del cargo como docente en cualquier institución pública, pues argumenta que no tiene casa que sólo cambie de escuela para cometer el mismo abuso en contra de las menores.
Interviene dirección
La directora de la escuela primaria Luis N. Sherwell, Guadalupe Torres Vela retiró de su cargo al profesor Rubén y desde el martes dejó de estar al frente del cuarto grado, además de enviar un documento en la ciudad de Xalapa en donde detalla la queja en contra del profesor.
Además solicitó a la señora Lourdes que se presentara a la escuela, en donde le informó que durante esta semana acudirá personal de la Secretaría de Educación de la capital del Estado para recibir las quejas correspondientes al profesor y determinar las acciones que llevarán a cabo.
No recibe atención
La señora Lourdes Adriana, de quien se omite su apellido por razones obvias, dijo que acudió a las instalaciones del DIF de Orizaba para exponer el caso de su hija, ya que en la Agencia Especializada le dijeron que requería de atención psicológica urgente, pero lamentablemente en el lugar la encargada del departamento le dijo que por el momento no tenía tiempo y que regresara en unos quince días para checar si tenían espacio y de esa forma le otorgarían la atención especializada.
Pide justicia
Lourdes en compañía de sus familiares, pidieron a las autoridades se haga justicia pues tienen conocimiento de que a otras menores les hizo lo mismo, incluso su hija quien fue la única que decidió denunciar al profesor, les contó que hay unas compañeras de escasos recursos a quienes el maestro les entregaba dinero para que no dijeran nada del abuso del que eran víctimas por parte de él.
Además relató que la madre entró la semana pasada al salón donde recibía clases su hija y se percató que el profesor cambió su escritorio en una de las esquinas en la parte trasera, los pupitres están con vista al pizarrón que se encuentra en la parte de enfrente, mientras que las ventanas están completamente cerradas y cubiertas por cortinas, lo cual le causó molestia a la mujer.
Finalmente la mujer dijo que le pidió a las madres de las niñas que también sufrieron este abuso, que la apoyaran en la denuncia ejercida en contra del profesor, pero las mujeres dijeron sentir temor a que pudieran tomar represalias en contra de ellas o de sus hijas, por lo que prefieren mantenerse al margen a pesar de saber que el maestro manoseó a sus menores.
ANABEL F. SALAZAR
El Buen Tono