México.– El Juzgado Sexto de Distrito de Procesos Penales Federales en el estado de Jalisco, con sede en Puente Grande, otorgó sentencia definitiva absolutoria en favor de los cuatro procesados por el atentado del pasado 15 de septiembre de 2008, en la ciudad de Morelia, Michocán donde ocho personas perdieron la vida.
El Juez determinó que las confesiones de tres de los implicados fueron tras ser sometidos a actos de tortura, esto previamente antes de que fueran localizados y presentados ante la entonces Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).
El Juez señaló que el personal de esa instancia, en lugar de atender las múltiples lesiones que presentaban, les tomaron su declaración ministerial, “cuando aún se encontraban bajo los efectos de aquella tortura”.
Dijo que no se respetaron sus derechos fundamentales ya que fueron exhibidos ante la opinión pública, e incluso se allegó un video donde son sometidos a una entrevista sin presencia de algún defensor en la que aceptaron su participación.
De acuerdo con el Consejo de la Judicatura este hecho genera la nulidad de la confesión, así como de las restantes pruebas. También se demostró que la firma plasmada en la declaración de uno de ellos no corresponde a su puño y letra, evidenciándose la prefabricación de pruebas en su contra.
La sentencia judicial detalla que los testimonios presentados por la defensa, demuestran que los primeros tres implicados se encontraban en Lázaro Cárdenas, Michoacán, el día de los hechos. Por ello se anularon las pruebas de la Procuraduría General de la República (PGR).
“El resultado de la sentencia tuvo que ser absolutorio a fin de proteger el principio de presunción de inocencia del que gozan los ahora absueltos”.
Respecto a la cuarta persona absuelta, “la decisión se sustenta en que las pruebas de cargo con las que se le pretendía fincar responsabilidad resultaron ser precisamente aquellas que se nulificaron por ser violatorias de derechos humanos”.
Especificó el Juez que las declaraciones de los testigos protegidos no generaron certeza respecto a la identidad de dicha persona como uno de los líderes del cartel de Los Zetas.