Nogales.- El desbordamiento de los ríos Chiquito y La Carbonera, en el año 2003, ocurrió en una de las fuertes temporadas de lluvias en el estado de Veracruz, dejando sin hogar a decenas de familias de la región.
Como se recordará, la cantidad de material que arrastró el agua entre piedras de gran tamaño, troncos, lodo y basura, provocaron que los ductos de Pemex en la congregación de Balastrera, municipio de Nogales, explotaran, causando el pánico entre la población.
Tras los acontecimientos, las personas que perdieron su patrimonio fueron canalizadas a diferentes albergues que inmediatamente se acondicionaron; tiempo después fueron reubicadas en viviendas que
gestionara, a través del Infonavit, el Gobierno del Estado que en ese entonces presidía Miguel Alemán Velasco.
Actualmente, el Ayuntamiento nogalense se encarga de los predios que todavía se encuentran abandonados, que son alrededor de 40, a los que se les da mantenimiento y posteriormente construir un paseo, además de un parque, a los que las personas puedan acudir
y disfrutar.
En esa idea, Marcelo Bonilla Arriaga, presidente de la Junta de Mejoras, expresó, “esos terrenos quedaron en manos del Ayuntamiento y, por lo tanto, tenemos que hacernos cargo de ellos, es por eso que ya hemos comenzado a aportar ideas para conformar un proyecto en el que se les pueda aprovechar y dar nueva vida”.
David Palacios
El Buen Tono
