Camarón.- “La vida no se acaba, se transforma”, expresó el sacerdote que ofició la eucaristía para la bendición de las cruces de los miembros y porra del Club Deportivo Camarón, quienes perdieron la vida hace un año en un fatal accidente en la carretera Atoyac-Paso del Macho a la altura del puente, lugar donde cayó el autobús.
Ayer el presbítero Javier Rodríguez, celebró una eucaristía en la que participaron los dolientes, vecinos y amigos de: Luis Ramón Palacios, Israel Ballona García, Miguel Ángel Borbolla García, Fátima Gómez Morales, Agustín Gómez Hernández, Jonathan López Ruiz, Plutarco M. Molina Villa, Victoria Palacios Ortega, Juan Pablo Rincón Ramírez, Gregorio Rodríguez Reyes, Alejandra Hernández Acat, Eder Eduardo Herrera Chazarín y Marylin Pérez Ortega.
También de: Rosa María Cortés Acat, Guillermo Aponte, William Gómez Méndez, José Hernández Méndez, Arturo Luna Tejeda, José Landeros Solís, Jorge Bedolla Mendoza y Noel Aquino Pérez.
Camarón de Tejeda ha pasado un año de dolor por la pérdida de 21 de sus habitantes, los que eran conocidos por el deporte que practicaban, que a lado de su porra hacían una gran familia.
Desde el pasado 10 de enero del 2016 se convirtieron en “Campeones por siempre”, tal como ayer lo afirmaban sus familiares, quienes llevaban globos blancos a la misa, mismos que no quisieron aventar al cielo.
La herida aún duele a los familiares, para quienes ha sido difícil este primer año de ausencia de sus seres queridos, pero el sacerdote les ha manifestado que “morir con Jesucristo es para una vida plena de amor, paz y alegría, un cielo que es maravilloso, ahora ellos viven e interceden ante Dios padre por cada uno de ustedes”.
Un recuerdo
doloroso
El pasado 10 de enero del 2016 todo estaba listo para un encuentro deportivo, todos los que pudieron subieron al autobús de la línea Jamapa, mismo que arribó a Camarón a las 08:00 horas, un autobús viejo de color amarillo y blanco, con número económico 1872, el que salía con rumbo al campo de San Rafael Río Seco en Amatlán de los Reyes.
Este viajó abarrotado, pues iban algunos jugadores, la porra acompañados de niños, algunos familiares quienes querían alentar a los miembros del equipo, para que ganaran y pusieran su máximo esfuerzo en el encuentro.
El camión fallaba, al salir de Paso del Macho hizo una parada pues algo tenía y lo percibieron todos, pero debían llegar al juego y prosiguieron el camino para llegar a la final de la liga de fútbol en la categoría juvenil contra Córdoba, partido que se jugaría a las 10:00 horas.
La unidad perdió los frenos a la altura de la iglesia de San José en Atoyac, una pendiente que lleva al puente que atraviesa el río, el muro de contención que protege la pendiente fue débil para detener la unidad que golpeó ahí, para salir volando y finalmente detenerse en las rocas del afluente.
Del accidente se percataron unos miembros de un grupo de rescate quienes de inmediato prestaron auxilio al igual que los vecinos, algunos ocupantes del transporte salieron, otros necesitaron ayuda, pero también hubo algunos que ya no lo hicieron.
Este accidente ocasionó el cierre de la carretera, el lugar fue el escenario de un triste y trágico momento que marcó y enlutó a Camarón, sentimiento al que se solidarizó Atoyac, pues las familias ayudaron y lograron compartir con los heridos y rescataron los cuerpos.
DOLOR
Algunos afectados por este accidente no quieren hablar, otros lo recuerdan como el peor que ha ocurrido en la región, a Camarón no se le olvida y le duele, más porque fueron muchos vecinos, amigos y familiares los que perdieron a alguien.
La empresa transportista no atendió la deuda, sólo pagaron la atención médica mientras estuvieron hospitalizados, pero para la convalecencia no recibieron ayuda ni indemnización.
Con la llegada del Aniversario fueron arreglados varios altares en el interior de las viviendas, donde tras la eucaristía, por grupos fueron arribando a los hogares a orar los rosarios que iniciaron el pasado 2 de enero, para culminar ayer con el levantamiento de la Cruz, la que fue bendecida por la tarde en una misa que se abarrotó, porque familiares y amigos de los difuntos, querían elevar una oración a quienes hace un año despidieron en el campo deportivo.