Tijuana.- A pesar de la narrativa triunfalista del gobierno de la república y la impactante propaganda que anuncia una supuesta “disminución” de los homicidios dolosos relacionados con delitos federales, a la administración de Enrique Peña Nieto se le acumulan los muertos, por miles, en sus primeros 14 meses de gestión, como en su momento se le apilaron a Felipe Calderón.
Apenas el 21 de febrero último, Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, hizo alarde de una supuesta baja en los índices de ejecuciones ligadas al crimen organizado. Dijo que en meses anteriores se registraban “entre mil 400 y mil 700 fallecimientos que tenían que ver con la delincuencia organizada” y anunció que en enero “se llegó a 567, mil menos”. Añadió: “Graves los 567, pero mil menos. Eso habla de por qué la disminución de la violencia”.
Sin embargo, los cálculos del funcionario federal no estuvieron sustentados en datos duros ni reflejan la cruenta realidad que se vive en el país; al contrario, evidencian la manipulación de las estadísticas sobre homicidios dolosos relacionados con el crimen organizado en México.
Zeta documentó, tan sólo en enero pasado, mil 425 asesinatos de ese tipo, que abarcan “ejecuciones”, “enfrentamientos” y “homicidios-agresiones” por ajustes de cuentas entre narcomenudistas pertenecientes a distintos cárteles de la droga o entre células de estas estructuras criminales en todo el país.
Lo que abunda en el gabinete peñanietista es una disparidad en los porcentajes sobre la supuesta disminución de las ejecuciones en el país. El 30 de octubre de 2013, Monte Alejandro Rubido García, titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), dijo a Zeta que los homicidios dolosos relacionados con delitos federales bajaron 12%. Ese mismo año el presidente habló de 18 y 20%.
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