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A mitades

Superiberia

Hace apenas dos semanas, escribíamos números sobre la participación de la mujer en la vida política del país. Todo a razón de los 60 años que se celebran en 2013 de que se nos concedió el derecho al voto. La Organización de la Naciones Unidas publicaba una numeralia sobre la presencia de la mujer en varios ámbitos, como en el Poder Legislativo. Ahí, nuestra presencia marca 33% en el Senado y  37% en San Lázaro. No tan mal, pero tampoco bien si tomamos en cuenta que son 60 los años que han tenido que transcurrir para lograrlo y que mucho trabajo ha costado para que se vayan abriendo las puertas. Porque mujeres preparadas hay, y muchas.

El 17 de octubre se cumplen 60 años de que las mujeres tenemos poder electoral, de que podemos emitir un voto. Poco a poco se ha tenido que luchar para que ese voto también sea efectivo para elegir a otras mujeres

 

 

Hace unos días, senadoras presentaron una iniciativa para que ya no sea una cuota de género, como lo establece en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, sino para que haya paridad. Ayer mismo el presidente Enrique Peña Nieto envió otra propuesta, similar a ésta, para que, en efecto, los partidos estén obligados a tener 50% de candidatas para puestos legislativos.Habrá que conocer el resto de la propuesta, porque en esto se deberán detallar varios temas. Comenzando por el que nos asegure que será un porcentaje real, no uno nada más de “cuota”. Y es que aunque la existencia de éstas son necesarias, lo cierto es que en un mundo ideal no deberían existir. Los hombres y las mujeres deberían tener las mismas oportunidades; no deberían estar reglamentadas para cumplir con leyes. Por eso es que suceden episodios como el de las juanitas, aquellas legisladoras que en 2009 figuraron en los partidos nada más para cumplir las cuotas de género, y que al obtener la curul debían hacerse a un lado para que entrara el suplente a ejercer funciones.

El 17 de octubre se cumplen esos 60 años de que las mujeres tenemos poder electoral, de que podemos emitir un voto. Poco a poco se ha tenido que luchar para que ese voto también sea efectivo para elegir a otras mujeres. Hemos tenido muy poca presencia en altos cargos de elección popular o dentro del gabinete de los gobiernos. Al fin de la gubernatura de Ivonne Ortega en Yucatán, nos quedamos sin una sola gobernadora en el país.

¿Por qué no a la iniciativa que se presentó ayer le realizan las modificaciones necesarias para que su alcance no se limite al Poder Legislativo? Bastante bien vendría que fuera extensiva también al gabinete federal, a los locales. A las legislaturas estatales, a las alcaldías.

Pensar en ello, es un paso necesario. Porque gracias a las famosas “cuotas”, las mujeres, los afroamericanos, los indígenas y tantos grupos más hoy pueden ir a la universidad o ser legisladores. Pero lo ideal, repito, sería que se lograra la paridad, porque eso significaría que nos hemos quitado el techo de cristal que nos deja ver, pero no escalar a donde los hombres sí pueden, y no sólo  hablando de plataformas políticas.

Addendum. La resistencia sí deja, al menos, unos 80 mil pesos mensuales. Aunque, claro, nada más si eres líder de la Sección 22 de la CNTE y te llamas Rubén Núñez. Ayer La Razón daba a conocer que el líder de los maestros de Oaxaca, el mismo que encabezó tantas marchas y plantones en el DF, tiene ingresos mensuales que rebasan los 80 mil pesos.

Y cómo no, tiene cuatro plazas puestas a su nombre.

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