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A MENOS DE UN MES

Superiberia

Comenzó la sexta semana de campaña electoral rumbo a la renovación de la gubernatura y a partir de este lunes sólo quedan 22 días de proselitismo, pues el mismo  debe terminar el primero de junio para dar paso a cuatro días de silencio en los candidatos de los distintos partidos políticos y coaliciones, para que el domingo 05 de junio –en 27 días- se realicen los comicios que serán los más competidos en la historia y tal vez iné-ditos si se cumple el pronóstico de una alternancia en el poder estatal.

Para los candidatos a las 30 diputaciones uninominales –los que se eligen en las urnas- será la segunda semana de promoción. Y a menos de un mes de la jornada electoral, a la cual están convocados 5 millones 684 mil veracruzanos que aparecen en los listados electorales, todos esperan la exhibición de las encuestas más recientes para confirmar si hubo movimientos bruscos en los puntajes sobre la preferencia ciudadana. Algunos consideran que la variación global, dado el alto nivel de ataques y descalificaciones, podría oscilar entre los 4 y 6 puntos.

Es decir, esos puntos se podrían repartir –entre pérdidas y ganancias- en los tres candidatos de la disputa real, el panista Miguel Ángel Yunes Linares, el priista Héctor Yunes Landa y el abanderado de Morena, Cui-tláhuac García Jiménez. El más beneficiado del primer mes de campaña, dicen los expertos, es  García Jiménez con un crecimiento exponencial al captar votos no de los indecisos sino de los que pensaban votar por el PRI en el entendido que el abanderado del tricolor, Héctor Yunes, sería el más afectado porque no ha obtenido nuevos  adeptos sino que se le han restado.

De darse tal proyección, entonces se entendería que la intensa campaña de ataques contra el panista Yunes Linares se le abría revertido al tricolor, pues no ha crecido el priista sino  Cuitláhuac García, y sigue latente la posibilidad de que éste alcance y rebase al segundo lugar,  es decir a Yunes Landa,  para terminar –a final de mayo- disputado el triunfo con el candidato del blanquiazul. Ya se vislumbrará el panorama cuando se den a conocer las nuevas encuestas correspondientes a mayo.

Por lo pronto y atendiendo a los archivos numéricos, el candidato que  pretendan ganar los comicios del 5 de junio próximo necesitará acopiar por lo  menos un millón 300 mil votos. Hay que recordar que en las elecciones del 2010, el PRI “ganó” con un millón 356 mil 623 sufragios según los datos del Instituto Electoral Veracruzano (IEV) –hoy convertido en el Organismo Público Local Electoral (OPLE)- contra un millón 277 mil 151 votos del PAN. La diferencia fue de 79 mil 472 votos, por lo que el triunfo se decidió en la mesa, es decir, en los tribunales, de ahí el entrecomillado de la palabra “ganar”.

 1 MILLÓN 300 MIL VOTOS

Si se pretende que los resultados de la elección del 5 de junio  no terminen en los tribunales, el candidato que aventaje deberá tener por lo menos 5 puntos de diferencia con su más cercano competidor, unos  150 mil votos,  en el entendido de que cada punto oscila en 30 mil sufragios  si se considera la votación referente del 2010 cuando 3 millones 115 mil veracruzanos acudieron a las urnas. En el caso de los comicios distritales,  los números de referencia también son indicadores. Por ejemplo,  Córdoba se gana con 55 mil votos. En los comicios del 2010 el PRI lo obtuvo con 54 mil 214 votos frente a 49 mil 496  de Acción Nacional y en el 2013, el PAN ganó con 49 mil 496 sufragios frente a 47 mil 520 del tricolor.

En el distrito cordobés, las diferencias entre el primero y segundo lugar no es muy grande, la última fue de unos 2 mil votos y los resultados oficiales terminaron en un tribunal. Así que será una elección muy disputada aunque los abanderados sean ‘más de lo mismo’, es decir, los abanderados del PRI y del PAN pertenecerían a un mismo proyecto: el de palacio de gobierno.  En tanto en Orizaba, la diputación local se obtiene con 63 mil votos. En el 2010 el PRI la ganó con 60 mil 377 sufragios frente a 41 mil del PAN y en el 2013 se dio la voltereta, pues el PAN la obtuvo con 62 mil votos frente a 47 mil 730 del Revolucionario Institucional.

Para ganar el distrito de Huatusco se requieren al menos 50 mil votos, ya que en el 2010 el PAN se erigió ganador con 47 mil 839 sufragios frente a 44 mil 326 del PRI, y en el 2013 el PRI  lo recuperó con 50 mil 145 votos frente a 39 mil 798 del PAN. En esa demarcación hay un punto importante a resaltar, pues fue una de las derrotas más sonadas de Acción Nacional que está manejado por el exdiputado federal, Víctor Serralde Serralde Martínez –o como se llame en realidad- quien también tuvo otro descalabro en el 2015 cuando el blanquiazul perdió la diputación federal en Córdoba.

Los dos distritos, Córdoba y Huatusco, le fueron encomendados a Serralde Martínez -o como se llame- y en ambos el panismo fue derrotado. ¿Mala operación, mal candidato? Se juntó todo pero la versión más insistente es que el exlegislador “vendió” la elección al Revolucionario Institucional y de ahí que los mismos panistas tienen encendidas las luces de alerta para esta lección, pues Serralde no da paso sin huarache. En pocas palabras, sospechan que ya apalabró la derrota de las formulas azules con la fidelidad ¿Será?

Mientras tanto, en el distrito de Zongolica se gana la diputación local acopiando unos 52 mil votos. En el 2010, el PRI lo hizo con 49 mil 663 sufragios frente a 41 mil del PAN, y en el 2013 el tricolor retuvo la representación distrital con 51 mil 154 votos frente a 39 mil del blanquiazul. En estas elecciones, debutará en la contienda el nuevo distrito de Ciudad Mendoza, creado a partir de la reconfiguración de la geografía electoral en la entidad y que quitó tanto a Orizaba como a Zongolica algunos municipios.

¿Cuál es el rol de la izquierda en los distritos de la zona centro? Hay que señalar que de los cuatro distritos citados, Córdoba es el que tiene menor votación para los partidos de izquierda. En el 2010 fueron 13 mil votos y en el 2013 sumaron 11 mil para la coalición formada por el PRD-PT y PMC. En contraparte,  Zongolica es el distrito que ha registrado más sufragios para la izquierda, pues en el 2010 la cifra fue de 31 mil y en el 2013 se elevó a 42 mil. Paradójicamente se ha dicho que estos dos distritos, Córdoba y Zongolica,  los candidatos del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) podrían avanzar considerablemente  e incluso dar una sorpresa al oficialismo y a la derecha.

¿Y los independientes? Salvo el activista Julio Atenco Vidal, dirigente de la Coordinadora Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica (CROISZ), quien  va como abanderado en el distrito de Ciudad Mendoza, el resto de los competidores en esta modalidad –por decirlo de alguna manera- en los cinco distritos de la zona centro son personajes desconocidos y la mayoría ligados al tricolor.

En la proyección no se prevé que alguno de ellos pueda levantarse con la victoria distrital y como dijeran los desocupados cibernautas: en esos distritos no se padecerá “bronquitis” porque ‘Los Broncos’ nunca crecieron. Tampoco habrá “bronquitis” en la elección para la gubernativa, ya que el abanderado “independiente”, Juan Bueno Torio, no crece en las encuestas –ni siquiera alcanza 5 puntos- y además, su candidatura nunca fue para competir realmente por la Gubernatura, sino para tratar de restarle votos al panismo.

 EL VIEJO FANTASMA

En el mismo tema electoral, la semana también inicia con el caso inédito -hay que decirlo- de que el PRI expulsó a tres de sus candidatos en el estado de Tamaulipas, a los que acusa de estar ligados al crimen organizado. Los señalados son Reyes Zúñiga Vázquez, Luis Cesario Aldape Lerma y Gustavo Estrella Cabrera, quienes estaban nominados a las presidencias municipales de Hidalgo, Mainero y Villagrán, respectivamente, y el manotazo en su contra lo dio directamente el líder nacional, Manlio Fabio Beltrones. 

Sin embargo, no deja de llamar la atención que a estos tres aspirantes se les acusa  de que fueron “comprados” por los cárteles de la droga -y no sólo el tricolor les cancelará el registro, sino también los denunciará penalmente-, pero el señalamiento se hizo ya que eran  candidatos formales. ¿Por qué no investigaron sus antecedentes antes de nominarlos? Algo no cuadra y por si fuera poco, la acusación va acompañada con la versión de que los mismos habrían comprometido un apoyo al candidato del PAN a la gubernatura, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

No se sabe si a los tres candidatos se les exhibe y expulsa por apoyar verdaderamente  al panista o hay una intención de perjudicar al mismo García Cabeza de Vaca,  al endilgarle seguidores bajo la sospecha de estar coludidos con la delincuencia. Lo cierto es que en el PRI reapareció un viejo fantasma: la infiltración del crimen organizado en sus filas, tanto en candidaturas a las alcaldías como a las diputaciones, e incluso a la gubernatura. Mucho se ha dicho en los últimos años de ese binomio PRI-crimen organizado, que es un secreto a voces.

Con su anuncio incendiario y aparentemente justiciero contra los tres candidatos en Tamaulipas,  Beltrones azuzó la antigua duda que pesa sobre el tricolor y el debate sobre el involucramiento de las células del narcotráfico en el partido oficial. Algo en que todos coinciden, es que si en realidad se aplicara ese paradigma ético del que habló el dirigente nacional del tricolor, en Veracruz por lo menos siete candidatos a las diputaciones federales también tendrían que ser expulsados por sus relaciones inconfesables. Si se ensayara localmente esa misma “purga” en las fórmulas electorales, el tricolor se quedaría sin candidatos en Pánuco, Emiliano Zapata, Cosoleacaque, Cosamaloapan, Boca del Río, Santiago Tuxtla y Papantla. Así de simple.

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