PARIS.- Los actos de antisemitismo e islamofobia en Francia no han dejado de aumentar en los dos últimos años y especialmente desde los atentados yihadistas de enero pasado. Convertida ya en “causa nacional”, la batalla contra el racismo y la intolerancia religiosa cuenta desde un nuevo arsenal jurídico, policial y educativo para los próximos tres años. El Gobierno invertirá 100 millones en el plan.
“El racismo, el antisemitismo, el odio a los musulmanes, a los extranjeros, la homofobia… aumentan de manera insoportable en nuestro país”, ha afirmado el primer ministro, Manuel Valls, al presentar el plan rodeado de media docena de miembros de su Gobierno. Entre las 40 medidas del proyecto, destaca la creación de una unidad policial específica para perseguir esos delitos, sobre todo en la Red. “Internet no es una zona al margen del Derecho”, señaló Valls.
El componente racista o antisemita en cualquier delito será considerado a partir de ahora “una circunstancia agravante”. Además, el Gobierno lanzará una campaña nacional de sensibilización. El Ministerio de Educación, por su parte, dará una especial formación a los educadores y contará con asesores específicos en el sector.